México (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Las cenizas del escritor colombiano Gabriel García Márquez llegaron este lunes al Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, donde familiares, amigos y admiradores honraron al creador con un minuto de aplausos.
«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla», escribió el Premio Nobel de Literatura de 1982 en su autobiografía, y esa frase acompaña este lunes una imagen del creador junto a arreglos de rosas amarillas, sus preferidas.
Conforme con lo dispuesto por las autoridades, el cortejo fúnebre de García Márquez, fallecido el pasado jueves en la Ciudad de México, partió de su domicilio en el Pedregal a las 15:20 hora local, en medio de un dispositivo policiaco con más de cien elementos a pie, en motocicletas y patrullas.
A su llegada al recinto cultural, la caravana fue recibida con la canción Macondo, de la autoría del peruano Daniel Camino Diez y popularizada por el mexicano ûscar Chávez, referencia musical al pueblo que alimentó la imaginación de tantos lectores en el clásico Cien años de soledad.
Miles de personas se encuentran desde esta mañana en los alrededores del Palacio de Bellas Artes para darle su último adiós al escritor, la principal figura del movimiento del realismo mágico latinoamericano.
La primera guardia de honor junto a la urna con las cenizas del narrador y periodista la realizaron su viuda, Mercedes Barcha, y sus hijos, así como el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar.
Se espera que en pocas horas arriben al lugar del tributo los mandatarios de México, Enrique Peña Nieto, y Colombia, Juan Manuel Santos, quienes pronunciarán discursos sobre la vida y obra del escritor, quizás el más leído en lengua española.
Mientras suena el vallenato, el público entra al vestíbulo donde se ubicaron los restos del autor nacido en el municipio colombiano de Aracataca el 6 de marzo de 1927, pero quien residía en México desde 1961.
Entre los asistentes se encuentran muchos jóvenes, varios de los cuales traen flores amarillas para el Gabo, ejemplares de sus libros y postales con frases de algunos de sus libros más conocidos.
