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México, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Aunque tanto México como Estados Unidos han manifestado su compromiso en la lucha contra el crimen organizado, existen desigualdades entre el esfuerzo realizado en uno y otro lado de la frontera, consideraron hoy en el país latinoamericano.

Un editorial del diario El Universal recuerda que el asesinato del agente estadounidense Jaime Zapata en suelo mexicano en 2011 reveló esas asimetrías, pues un mes después, el Gobierno norteamericano realizó una gran redada que resultó en el arresto de cientos de personas, presuntos narcotraficantes.

La espectacularidad del operativo de respuesta al hecho tuvo la finalidad de mandar un mensaje, pero a la vez reafirmó otro: solo cuando afecta la vida de norteamericanos es que Estados Unidos va a actuar, no cuando los delitos tengan impacto sobre los mexicanos, señala el texto.

Según la publicación, mientras el 90 por ciento de las armas en poder de los cárteles mexicanos provengan del vecino del norte y sea esa nación la principal consumidora de drogas que mueven los narcotraficantes, ninguna autoridad moral tendrán de exigir resultados a este país por el combate al hampa.

En su condición de principal proveedor y comprador de la delincuencia, Estados Unidos tiene como primera obligación poner en orden su propia casa, señala el editorial.

De acuerdo con el periódico, para que un kilogramo de cocaína llegue a una ciudad al interior del territorio norteamericano, antes tuvo que haber pasado por la aduana de ese Estado en la frontera con México, y por la supervisión de varias entidades.

El dinero que mueve la droga se lava en negocios legales y con este se compran armas que posteriormente vuelven a cruzar la vigilancia estadounidense rumbo a México. Difícil conseguir tanto sin la ayuda de servidores públicos de aquel país, considera.

Actualmente el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos investiga a más de dos mil miembros de corporaciones de seguridad y funcionarios por recibir sobornos para proteger y escoltar criminales, así como por afectar a organizaciones delictivas rivales.

Para el diario, es buena noticia saber que ya tienen sospechosos, pero eso no basta, el único indicador válido a fin de saber que su lucha ofrece resultados será la flaqueza -por inanición- de los cárteles mexicanos.

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