Economía

La remisión la semana pasada de una veintena de documentos de garantías y contratos por parte del ministerio de Hacienda al pool de bancos que financian la central Punta Catalina, ingresarán US$1,200 millones al país a partir de esta semana.

El fajo de documentos firmados por Hacienda para los bancos extranjeros garantizan los desembolsos de recursos que espera CDEEE para entregar al consorcio Odebrecht-Tecnimon-Acero Estrella y éste a los constructores de las partes turbo generadoras, calderas, subestaciones y otros equipos de Punta Catalina.

Con tales recursos están totalmente cubiertos los US$1,945 millones que costará la Central Punta Catalina y sus anexidades: un puerto carbonero y comercial, almacenes y pulverizadores, subestaciones y líneas de alta tensión, además de los seguros de garantía para los créditos extranjeros y para la propia CDEEE en casos de siniestralidad. Los US$750 millones complementarios los aportó el Estado Dominicano como contrapartida local.

(Los US$1,200 millones que aportarán dos grupos de bancos: Banco de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES) US$650 millones y un pool de bancos europeos liderados por Deutsche Bank, US$ 650 millones, aliviarán considerablemente el cierre de balance de pagos del país en 2015.)

El Estado Dominicano había desembolsado para el proyecto más de US$600 millones desde su iniciación en 2013, y con su garantía se iniciaron la construcción de los equipos turbo generadores por parte de General Electrics y calderas por parte de Alsthon europea.

Solvencia del Estado puesta a prueba

Con esta iniciativa, el Estado demuestra, contrario a una vieja concepción difundida por el sector privado local y extranjero, que es el mayor garante de crédito que tiene el país, por su ilimitada solvencia en el tiempo.

Otro grupo de empresas de varias nacionalidades están involucradas en el gigantesco proyecto de Punta Catalina, la más grande inversión jamás emprendido por Estado.

Punta Catalina está constituída por dos plantas generadoras alimentadas por carbón mineral de 330 megavatios de capacidad cada una. Están ubicadas en un área de 1 millón de metros cuadrados que Grupo Vicini cedió al Estado (CDEEE), luego que desechara ubicar las dos unidades en en terrenos de su propiedad en Hatillo, a unos cuantos kilómetros del lugar, de donde se tenían planos y diseños que simplemente fueron los finalmente usados.

Vicini conserva unos 500 metros de playa en Punta Catalina, donde piensa ubicar un amplio complejo industrial acerero que se nutrirá de carbón, además de aprovechar las facilidades portuarias comerciales, pero también aprovechará el puerto carbonero para su planta de cemento Domicen de Punta Palenque, muy cerca de allí. O sea, que en todo caso, constituye esta inversión un exitoso proyecto de inversión público-privado.

Danilo cumple programa eléctrico

El 27 de febrero de 2013, en su primera alocución en la Asamblea Nacional sobre el estado del país y sus propuestas, el presidente Danilo Medina prometió que en su gestión se iniciarían las obras que pongan fin a la crisis eléctrica del país.

Dijo que el Estado iniciaría por cuenta propia proyectos de nueva generación a carbón o gas natural que invitaría al sector privado hacer lo mismo en una acción conjunta.

El primero de marzo del 2013, el ingeniero Edgar Pichardo, alto ejecutivo de EgeHaina, en respuesta al discurso del Presidente Medina, dos días antes, reveló que “el país necesita centrales eficientes y EgeHaina cuenta con la solvencia técnica y administrativa, y con la experiencia comprobada de gestionar las alianzas y los recursos para desarrollar nuevos proyectos de generación que contribuyan al esfuerzo anunciado por el presidente Danilo Medina el pasado 27 de febrero para aumentar la capacidad instalada en el país y, a la par, modificar la matriz de generación para reducir nuestra dependencia del petróleo”.

Ege Haina cumplió, pues el 22 de septiembre de ese mismo año inauguró, junto a Barrick Gold-Goldcorp, la central generadora Quisqueya, en San Pedro de Macorís, con una potencia de 430 megavatios. Se trata de dos parques gemelos de motores en serie tipo Wartsila, de 215 megavatios cada parque, que pueden procesar por igual diesel, búnker o gas natural, dependiendo del precio del mercado de esos combustibles, pero que todavía no dispone del suministro de gas natural. Quisqueya I de Barrick-Pueblo Viejo transporta energía hasta la mina de oro de la empresa en Cotuí, mediante una línea dedicada de alta tensión a 220 kva. El sobrante lo entrega al sistema interconectado. Quisqueya II de Ege Haina entrega toda su energía al sistema nacional.

Más tarde anunció que se consorcio con otras tres empresas importadoras y distribuidoras de GLP para instalar una gigantesca procesadora y almacenadora de gas natural en San Pedro de Macorís, que servirá ese producto a las dos Quisqueya, a su planta Sultana del Este y también al grupo generador de 300 megavatios de la antigua Cogentrix, hoy propiedad de Basic Energy, además de una más pequeña generadora privada “Los Orígenes” de 40 megavatios, que operan con búker o diesel.

El mismo primero de marzo de 2013, EgeHaina hizo saber que en sus planes está instalar una central de generación a gas natural con capacidad para 300 megavatios, la que se llamaría Quisqueya III, con una inversión de US$350 millones, según reporta Listín Diario ese mismo día. Todo ello crearía un mercado seguro de 1,200 megavatios por el gas natural.

También que se dispondría de otros US$100 millones para agregar 50 megavatios de capacidad al parque eólico Los Cocos, que opera el consorcio en Pedernales, y otros US$200 millones para agregar 150 megavatios de plantas térmicas a ciclo combinado en Haina.

Pichardo indicó que de esta forma EgeHaina ha llegado a ser líder del país en inversión para generación eléctrica, en capacidad instalada, en innovación tecnológica en el sector, y en contribución a la diversificación de la matriz energética nacional. “La exitosa alianza público-privada de EgeHaina muestra resultados tangibles, ya que desde la capitalización ha inyectado cerca de 600 megavatios al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), a través del desarrollo de múltiples proyectos de generación con una inversión de cerca de US$700 millones. Esto evidencia que el Estado dominicano cuenta con el compromiso de EgeHaina para el desarrollo, construcción y operación sostenida de unidades de generación eficientes, que se transformen en un aumento de energía necesario para los usuarios y para el crecimiento económico del país”, concluyó Pichardo.

Para esa misa fecha, la generadora EgeItabo anunció que estaba avanzando para la licitación de una nueva central térmica a carbón (Itabo III), con capacidad de 250 a 300 megavatios, que completaría el parque Itabo, donde operan Itabo I e tabo II, cada una con capacidad para 125 megavatios.

Ege Itabo hace más de dos años que no ha vuelto a hablar de la proyectada Itabo III, una unidad que se supone de alta viabilidad, pues no sólo dispone de un puerto carbonero ya construido, sino también de los terrenos y los estudios y diseños ya aprobados por las autoridades.

En cambio, los ejecutivos de Ege Itabo, una empresa que la gigante norteamericana AES Corporation posee en partes iguales con Estado, al tal como ocurre con Ege Haina, propiedad de Vicini (35% y otro 65% del Estado, invierte US$250 millones para agregar calderas recuperadoras de calor en su parque Los Minas (Dominican Power Partner), de 230 megavatios, para agregarle 114 megavatios.

Si todos estos proyectos de Ege Haina y Ege Itabo se realizan, y si además se soluciona el impasse planteado por Basic Energy para convertir los 300 megavatios de Cogentrix a gas natural, el sector privado estaría respondiendo en forma eficiente y concreta a la invitación del Presidente Medina del 27 de Febrero de 2013.

De la misma forma, si el Estado avanza con su promesa de propiciar o construir con recursos propios una central a gas natural, que todo indica se ubicaría en la costa Norte, específicamente en Manzanillo, Montecristi, con capacidad de 900 a 1,000 megavatios, se podría garantizar el ideal de acabar con la crisis eléctrica mucho antes de que termine la presente década.

Esto así, porque no sólo se supliría la demanda actual y proyectada, sino porque también podríamos contar con una reserva fría de 20 a 30% de toda la demanda, para acabar, de una vez y por todas, con las crisis que provocan las salidas, a veces sin anuncio previo o programa conjunto con las autoridades reguladoras, de parques generadores para “mantenimiento”.

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