Hablan los hechos

En medio del debate político propio de un año preelectoral se ha colocado entre los temas principales el virus del dengue, enfermedad endémica del país, que de acuerdo a estadísticas del propio Ministerio de Salud Pública había cobrado 73 vidas al entrar el mes de octubre, 13 muertes más que las registradas durante todo el 2014.

Salud Pública, a través de su viceministerio de Salud Colectiva, ha revelado que los contagiados del dengue, en sus cuatro modalidades, superan los seis mil casos, contra 3 mil 453 del año anterior.

El facilismo politiquero podría conducir a culpar al gobierno, y en especial a Salud Pública, del alto número de fallecidos y afectados, sin percatarse de que enfrentar el dengue requiere de varios frentes que van desde la educación, el manejo correcto de las aguas, la recogida de la basura y sobre todo, el tratamiento a tiempo de los pacientes que deben ser llevados a los diferentes centros del país.

Previa sustitución en la dirección de Salud Colectiva, el doctor José Manuel Puello se refirió al protocolo aprobado por el Ministerio para el abordaje del dengue, confiado en que de ponerse en práctica, las muertes por el virus se reducirán considerablemente.

Precisaba que para la atención del dengue los profesionales y trabajadores de la salud no requieren de pruebas sofisticadas, que era suficiente con la observación clínica tan pronto se percibe la fiebre, debido a que los análisis reaccionan entre el cuarto y quinto día, tiempo que podría ser fatal si se espera la experticia de laboratorio para iniciar la medicación y la hidratación con suero.

En momentos como los actuales, pese a los intereses políticos que están en juego en los actuales momentos, la sensatez indica que el país debe ponerse a una en lo que al combate del dengue respecta.

Es evidente que el Ministerio de Salud Pública tiene la principal responsabilidad, pero también tienen que jugar su rol las instituciones del sector agua como el Instituto Nacional de Agua Potable (INAPA), la Corporación del Acueducto y alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), así como los ministerios de Educación y Medio Ambiente.

Lo mismo deben ser integradas en la lucha contra el dengue las juntas de vecinos, los clubes que aún le quedan al país, las juntas campesinas, las iglesias, las asociaciones de padres y amigos de la escuela, y por qué no, los partidos políticos de todas las corrientes.

Precisiones y recomendaciones en el protocolo del dengue

Entre las primeras precisiones que hace el protocolo aprobado para el abordaje del dengue se destaca que “las características climatológicas, poblacionales, económicas y sociales, contribuyen a la proliferación del mosquito Aedes Agypti, principal vector de esta enfermedad en nuestro país”.

Define al dengue como “una enfermedad febril infecciosa, de etiología viral, sistémica y dinámica”, que puede “cursar de forma asintomática o manifestarse como con un amplio espectro clínico que incluye manifestaciones graves y no graves”.

El protocolo divide el proceso del dengue en tres etapas que describe como febril, en la que no se puede distinguir cual es el que se convertirá en grave y el que el profesional debe estar atento a los signos de alarma que se describirán más adelante; la fase crítica, en la que se produce el agravamiento y la mortalidad, se inicia entre el tercer y quinto día luego de haber comenzado la fiebre, con una duración entre 24 y 48 horas, y la fase de recuperación, con “mejoría del estado general, recuperación del apetito y del estado de ánimo, disminución paulatina del edema (hinchazón)” y mejoría de la función respiratoria, el número de las plaquetas y los leucocitos.

¿Cuáles son los signos de alarma para atención a tiempo?

El protocolo aprobado por el Ministerio de Salud Pública para evitar más muertes por el dengue establece que debe tratarse médicamente como sospechoso de la enfermedad a todo paciente con fiebre, o antecedentes de fiebre de inicio repentino, cefaleas o dolores de cabeza, dolores en los ojos, postración, diarrea, nauseas, vómitos y dolores musculares. Tanto el Ministerio como las entidades colaboras deben velar por el cumplimiento del protocolo en las clínicas y hospitales del país.

Como los casos más letales ocurren en la población infantil, el protocolo establece que debe ser considerado como un caso de dengue a todo niño perteneciente a un área con transmisión del virus con cuadro febril agudo, “usualmente entre dos o siete días”.

Precisa que el dengue puede confundirse con “infecciones virales, bacterianas y parasitarias, como son: malaria, influenza, enfermedad meningocócica, sarampión, rubeola, fiebre tifoidea, leptospirosis, hepatitis, fiebre amarilla, fiebre de chicungunya y otras infecciones”.

Un dato importante para la población es que no existen vacunas para el dengue, pese a los esfuerzos científicos que se realizan en procura de descubrirla.

Recomendación: acompañamiento profesional en duelo

Una investigación periodística pudo comprobar que muchas familias viven lo que en psicología se conoce como Shock post traumático tras las muertes de sus seres queridos, convencidas de que no condujeron al paciente a tiempo para salvarle la vida. Otros no ocultan sus resentimientos ante por lo que entienden negligencias de los centros de salud donde llevaron a sus parientes. Es evidente que el propio Ministerio de Salud Pública debiera ofrecer atención psicológica a esas familias, de manera que puedan llevar el duelo sin riesgos de traumas permanentes, que pudieran incluso provocar nuevas tragedias.

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