Editorial

La celebración de los Días de Nochebuena y Navidad, nos conducen a la última semana del 2016, un año marcado ya en la historia por el gran triunfo electoral del Partido de la Liberación Dominicana y de la formula Presidencial Danilo Medina – Margarita Cedeño de Fernández.

Una votación muy próxima al 62 por ciento de los votos válidos hará recordar por siempre al PLD, sus aliados y sus candidatos, como los depositaros del mayor nivel de sufragios en unos comicios dominicanos.

Una intensa campaña electoral que culminó en un contundente triunfo, el sexto en forma consecutiva para el Partido de la Liberación Dominicana, que lo confirman como la más exitosa organización política en la historia republicana.

El triunfo alcanzado en buena lid lleva a la segunda gestión de gobierno del Presidente Danilo Medina y al cuarto periodo consecutivo del PLD, colocándose entonces al frente del gobierno en 16 de los últimos 20 años y avanzando hacia los 20.

Los éxitos electorales y la aceptación de la forma de gobernar de parte del soberano, que es el pueblo, es lo que lleva a la afirmación de que es el Partido de la Liberación Dominicana una organización de éxitos.

¿Debemos conformarnos con eso? De ninguna manera. Los triunfos que han permitido gestiones en sintonía con los electores, tienen que, indefectiblemente, llevar al PLD a una minuciosa revisión de su proceder para evitar la abulia y cansancio de los electores.

Como se ha dicho se impone de ciertas transformaciones y cambios que empujen la reclamada renovación y reactivación partidaria.

El VIII Congreso Ordinario Comandante Norge Botello, clausurado al inicio del 2014 , dejo los instrumentos para dichos cambios en las resoluciones adoptadas en los quince temas debatidos. Para su aplicación se cuenta con ocho proyectos de Reglamentos que se requiere la aprobación del Comité Político y el Comité Central.

En la ultima semana fue este tema abordado por la dirección política del Partido y en especial por presidente del PLD, expresidente Leonel Fernández, quien llegó a proponer que el 2017, a horas de iniciar, sea declarado como el año de las transformaciones en el PLD.

La idea es respaldada a lo interno del partido morado y criticada en la oposición y hasta en algunos dirigentes peledeistas, quienes entienden que eso se ha expresado en años anteriores.

Lo cierto es que los triunfos imponen cambios y que estamos en el momento oportuno para ello. Aprovechemos los días finales del 2016 para reflexionar y pensar como aplicar los mandatos emanados del superior organismo peledeista , que es el Congreso.

Dejemos a un lado la desconfianza y avancemos en la ruta de aplicar lo que recomendó el VIII Congreso. Al enrumbar al PLD en la ruta de las transformaciones es cumplir la deuda histórica que se tiene con Juan Bosch y la responsabilidad que asumimos ante el pueblo.

últimas Noticias
Noticias Relacionadas