Opinión

Quiero continuar la idea de artículo anterior, hablándoles de la organización escolar y el proceso administrativo, para enfatizar, que el flujo continuo, que va relacionando el conjunto de actividades, desde la previsión hasta el control, está diseñado para desarrollar procesos que deberán dar al traste con objetivos colocados dentro de una planeación global del sistema educativo y que en nuestro caso, se va desarrollando de lo general a lo particular.

En ese complejo proceso que se desarrolla en el sistema educativo, desde el aula hasta el despacho principal de la Sede Central del MINERD, se organiza, se dirige, se integra y se controla en forma sistémica, con el objeto de aprovechar al máximo todo tipo de recurso disponible. Es un objetivo común en toda organización empresarial, no es un asunto exclusivo de los sistemas educativos. Pero algo ha estado fallando, porque se repiten en forma muy similares una cantidad importante de males, convirtiéndose en perennes.

El sistema educativo ha venido fallando en el aprovechamiento de los recursos humanos, ha venido desvalorando los recursos técnicos y materiales en forma sostenida, dilapidando no solo recursos objetivos, cuantificables en forma contable, sino que, ha venido malversando tiempo, jugando a normalizar la inoperancia del sistema, a tal punto, que ya como que se hace rutinario el fracaso.

Como sistema hemos fallado al Estado y a la sociedad, los que han esperado y siguen esperando, que nos comportemos como organización efectiva.

No debemos confundirnos con lo dicho en el párrafo anterior, no se trata de una reacción a las evaluaciones realizadas en las últimas décadas, las que nos colocan en una situación calamitosa frente a algunas de las naciones hermanas, muy semejantes a nosotros. Se trata de fallas reincidentes y que tienen que ver con la calidad de los procesos que se desarrollan intrínsecamente en el sistema y que no se pueden legitimar ante la población. Basta con un ejemplo: las pruebas nacionales, las que han venido reflejando deficiencias en los estudiantes y en los docentes año tras año, pasando como algo normal sin respuestas validas a los retos de la matemática, la física, la biología o la química. Puntualizo en esta problemática, para no entrar en el cumplimiento de horarios ni en variables como servicio al cliente en todos los puntos en que se disemina el organigrama del sistema.

No tiene justificación, que a partir del Plan Decenal 1992-2002 en adelante, hayamos estado tropezando con los mismos obstáculos.

Es tiempo de que aparezcan consecuencias contundentes para quienes reporten en forma negativa lo que se espera de ellos en cada uno de los procesos del sistema.

El país no debe seguir tolerando comportamientos que vayan en contra de los intereses del conjunto mayoritario de dominicanos, aquellos que viven en carne propia los desaciertos del sistema escolar como actores pasivos, es decir, padres y alumnos.

De toda esta inoperancia, también el Estado ha sido perjudicado, porque ha respondido a las estrategias diseñadas por los expertos en el área, los que en forma objetiva han colocado prioridades atendibles, como por ejemplo, la cuantiosa inversión en la titulación de profesores que se desarrolló a partir de los diagnósticos del primer Plan Decenal. A través de ellos se revelaron verdades como la que afirmaba con estadísticas objetivas, que aproximadamente el 70% de los profesores que impartían docencia en las escuelas no tenía título de licenciatura. Fue sobre esa base que se diseñaron programas de titulación, con un gran presupuesto, teniendo como resultado al año 2017, que la totalidad de los profesores son titulados y un porcentaje importante tiene especialidad y maestría.

En este orden, caben las preguntas, ¿qué ha pasado con la calidad a partir de esa titulación? ¿Ha valido la pena la inversión con respecto a los resultados? ¿Puede considerarse ésta una forma de dilapidación de recursos?.

Lo cierto es, que hoy estamos muy por debajo de las naciones similares a nosotros y el sistema no ha sido capaz de explicar por qué tenemos esta situación en forma recurrente. No estamos pidiendo que busquen culpables, lo que debe hacerse es explicar las razones de este comportamiento del sistema. ¿Qué se ha hecho con respecto al docente que fue formado académicamente y que adquirió las competencias para cambiar la realidad de la calidad de la docencia y en los hechos áulicos no ha tenido el éxito esperado?.

Se supone, que el proceso administrativo es la herramienta que se aplica en las organizaciones para llegar al logro de sus objetivos, en la búsqueda de satisfacer necesidades planteadas por los socios de la empresa social denominada sistema educativo. ¿Cuáles son los socios del sistema educativo dominicano? Los socios de esta empresa son los ciudadanos dominicanos.

Hemos crecido, pero no nos hemos desarrollado. El sistema parece un manganzón de 6 pies 5 pulgadas, pero no puede discernir el significado de un párrafo al leerlo. Según los expertos en el área de la gestión, los administradores de la organización deben realizar su trabajo en forma eficiente y eficaz. Solo de esa manera, será probable que la organización alcance las metas que se ha propuesto; por lo tanto, se puede decir que el desempeño de los gestores de alto nivel, los líderes en sentido general y directivos de las escuelas, han fallado en el alcance de las metas que les han vendido a los distintos gobiernos y a la sociedad, desde 1961 hasta la fecha.

Lo que acabamos de decir, es sumamente grave. Se puede afirmar, que el desempeño ha sido frustrante, al ser medido de acuerdo al grado en que han sido cumplidos los objetivos y los estándares en todos los procesos administrativos, desde la muerte del jefe hasta hoy.

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