Hablan los hechos

Sin duda alguna los movimientos que falsamente se definen de cívicos, se sustentan en proyectos políticos partidistas lo que desprestigia los justos reclamos que hacen.

Ningún sector social es opuesto a que se combata la corrupción y la impunidad. El gobierno, que es el blanco de los dardos de los “civilistas” es el primer denunciante del flagelo de la corrupción, adoptando acciones y medidas de sanción o cuando no, promulgando leyes y normas a favor de la transparencia en el manejo de la cosa pública.

Politizar la lucha contra la impunidad y la corrupción disminuye y desacredita el real empeño de combatir un mal histórico que trasciende generaciones y ha acogota los Estados.

No es que se busque ligar la lucha contra la impunidad a partidos opositores para darle un carácter partidista, como dicen los apologistas de los llamados movimientos ciudadanos, es un enunciado verdadero, como se ha demostrado.

Salió a la luz pública una reseña periodística de mayo del año pasado, en la que el denominado movimiento “Somos Pueblo” da a conocer los resultados de una encuesta de intención del voto con números arreglados. Una acción de vulgar mentira y manipulación.

Ese grupo, que se autodefine como de esencia popular, es la creación de un derrotado candidato a la presidencia de la Republica, quien respondiendo a recomendaciones de asesores, muy bien remunerados, patrocina las acciones de un “movimiento cívico independiente”, procurando obtener lo que no consiguió con los votos.

Son los mismos promotores de acciones de protestas quienes han delatado sus vínculos con los derrotados candidatos en las pasadas y anteriores elecciones.

En el debate público ha salido a relucir el prontuario delictivo de uno de los organizadores y promotores de protestas, que reclaman el fin de la impunidad.

En la ficha que tiene por tráfico de sustancias narcóticas, se expresa claramente que ha sido por impunidad que este señor no ha sido procesado, pese a los sometimientos formales.

Son pruebas contundentes que desenmascaran un señor quien se vende de claro y transparente teniendo consigo un lado muy oscuro.

Promotores del caos y el desorden

Denigrando un justo reclamo recurren a métodos violentos para pescar en rio revuelto. Lo afirmado no se trata de una estrategia para desacreditar el movimiento cívico independiente, como sustentan sus acólitos.

Son ellos mismos quienes se delatan con declaraciones públicas y hasta por escrito.

Así se entiende del artículo de una premiada presentadora de televisión, que ignorando el contundente triunfo de Danilo Medina en las pasadas elecciones, con un 62 por ciento de los votos y afirmando que el gobierno no conoce a los “cívicos independientes” se pregunta con sarcasmo, ¿por qué nos gobiernan?

El pasado domingo el veterano periodista Tomas Aquino Méndez en su columna en el periódico Listin Diario reveló cual es el verdadero propósito de procurar firmas para un libro o la organización de caminatas con patrocinio.

En un dialogo escuchó afirmar a tres supuestos líderes, definidos como independientes políticamente, que tras el éxito de la campaña que llevan a cabo, viene lo más importante.

“Según ellos con esas firmas se “demostrará” que la mayoría de los dominicanos, “se hartó del PLD, y Danilo tendrá que irse antes del 20”. En su diálogo decían que con esas miles de firmas, con cédula y todo, nadie dudará de ese pedido, porque todos quedarán convencidos de que nadie aguanta más la corrupción”, cita el comunicador.

Y más adelante revelaba “Decía uno de ellos que, después de esto, vendrá la verdadera lucha y habrá que escuchar el pedido de REFERÉNDUM que se exigirá con esas firmas”.

Razones de sobra para afirmar que el desorden y el caos es el principal objetivo de estos movimientos, una maniobra macabra de notable tinte partidista opositor.

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