SANTO DOMINGO, el 16 de enero de 1844, circuló en ciudad Santo Domingo, la Manifestación de los pueblos de la parte este de la isla Española o de Santo Domingo, en el cual motivaron su propósito de separarse de Haití.
Los firmantes llamaron a los pueblos del Este a unirse y a sacrificar ante las aras de la patria el odio y las personalidades; “que el sentimiento del interés público sea el móvil que nos decida por la justa causa de la libertad y de la separación; con ella, no disminuimos la felicidad de la República de Occidente, y hacemos la nuestra”.
En el Manifiesto dado a conocer el 16 de enero de 1844, los próceres sostenían que su causa es justa y prometieron dividir la nueva República en cuatro provincias: Santo Domingo, Santiago o Cibao, Azua desde el límite de Ocoa, y Seibo, se compondrá el Gobierno de un cierto número de miembros de cada una de ellas para que así participen proporcionalmente de su soberanía.
Anunciaron la creación de un Gobierno provisional con una junta de 11 miembros que estaría en funciones hasta que se forme la constitución del Estado.
La República Haití, mantenía ocupado el territorio donde se fundó el Estado dominicano desde el día 8 de febrero de 1822.
Al expresar su desagrado por las violaciones de los derechos humanos que cometía el Gobierno de Haití, los próceres que luchaban por la proclamación de la República Dominicana anotaron:
“La atención decente y el respeto que se debe a la opinión de todos los hombres y al de las naciones civilizadas; exige que cuando un pueblo que ha sido unido a otro, quisiere reasumir sus derechos, reivindicarlos, y disolver sus lazos políticos, declare con franqueza y buena fe, las causas que le mueven a su separación, para que no se crea que es la ambición o el espíritu de novedad que pueda moverle.
A seguidas, los independentistas dominicanos resaltaron:
“Nosotros creemos haber demostrado con una constancia heroica que los males de un Gobierno deben sufrirse mientras sean soportables, más bien que hacerse justicia aboliendo las formas; pero cuando una serie de injusticias, violaciones y vejámenes, continuando al mismo fin, denotan el designio de reducirlo todo al despotismo y a la más absoluta tiranía, toca al sagrado derecho de los pueblos y a su deber, sacudir el yugo de semejante Gobierno y proveer a nuevas garantías, asegurando su estabilidad y prosperidad futuras…”.
Expresaron que los pueblos de la isla antes Española o de Santo Domingo, actuaron impulsados por 22 años de opresión del Gobierno haitiano y oyendo de todas partes los clamores de la patria, tomaron la firme resolución de separarse para siempre de la República Haitiana, y constituirse en Estado libre y soberano.
Sostuvieron que el pueblo dominicano por una de las fatalidades de la suerte, está sufriendo la opresión más ignominiosa.
La difusión del Manifiesto del 16 de enero provocó nuevas reacciones en el Gobierno haitiano y aumentó los actos de represión, pero no pudo impedir la decisión de los pueblos del Este.
Entre los firmantes del Manifiesto del 16 de enero se encuentran Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Tomás Bobadilla, Jacinto de la Concha, Juan Nepomuceno Ravelo, Felipe Alfau y Tomás Bobadilla.
En el momento que fue puesto en circulación el Manifiesto, el prócer Juan Pablo Duarte se encontraba exiliado en Curazao.
Los firmantes del Manifiesto del 16 de enero de 1844, concluyeron con el siguiente llamado:
“! A la unión, dominicanos!, ya que se nos presenta el momento oportuno de Neiba a Samaná, de Azua a Montecristi, las opiniones están de acuerdo y no hay dominicano que no exclame con entusiasmo: SEPARACIÓN, DIOS, PATRIA Y LIBERTAD”. (sic)