El discurso de rendición de cuentas del Presidente Danilo Medina el pasado 27 de febrero, tiene como eje transversal, el planteamiento estratégico de un cambio de modelo en la relación gobierno población, que privilegie las políticas sociales integradoras al progreso, de los grupos mas excluidos de nuestra sociedad.
El modelo económico sobre el que se ha fundamentado nuestro crecimiento, ha sido cuestionado por diversos actores, tanto nacionales como extranjeros, porque se caracteriza por niveles de crecimiento sostenido, con un reparto desigual de la riqueza, lo que podría causar graves desequilibrios sociales.
Este problema no es exclusivo de los dominicanos. El tema de la desigualdad y existencia de grupos marginados en la sociedad moderna afecta también a las economías de los países desarrollados, donde los estudios demuestran que se amplía la brecha entre los ricos y pobres, a medida que se crea más riqueza.
Los cambios en los mecanismos de producción y relación de las fuerzas productivas en los últimos 50 años han sido tan rápidos que la mayoría de las naciones, incluyendo las economías más ricas, han tenido problemas para adaptarse; la riqueza parece repartirse entre los más aptos, como si la vida moderna, le estuviera dando la razón a las ideas darwinistas de sobrevivencia.
Hemos pasado en pocos años, de la sociedad puramente industrial y de manufactura, a relaciones y valores económicos, donde prevalecen el conocimiento y la innovación, la llamada economía terciaria.
En este escenario se han roto en muy poco tiempo los paradigmas de creación de riqueza. Lo más importante ya no es la producción de bienes (las máquinas han disminuido la importancia de la mano de obra), ahora la llamada sociedad del conocimiento, no es más que la producción de servicios de todo tipo.
Estos cambios se reflejan necesariamente en sociedades como la nuestra; de ser un país productor de bienes primarios de la tierra hace 50 años, la llamada economía de postre: azúcar, cacao, café y tabaco; hemos evolucionado hacia un país donde lo mas importante económicamente son los servicios y esto, amerita el desarrollo de nuevas capacidades de parte de nuestra población.
La visión estratégica de Danilo Medina, a nuestro juicio, está sustentada en su conclusión de que es imposible para los grupos más pobres (el 40% de nuestra población), de salir por sí mismos del atraso en que viven.
No es posible ya, en la sociedad moderna, desarrollarse en medio de la desigualdad.
La riqueza y el avance se fundamenta en acciones que incluyan en el bienestar a toda la sociedad, ya que, es imperativo que todos sean parte del mercado y tener capacidad de compra de bienes y servicios.
Existen tres temas fundamentales para combatir la pobreza: la educación, la salud y el empleo, en los tres hizo énfasis Danilo durante su discurso.
Es necesario incluir en la educación de calidad a los más pobres, de modo que puedan competir en igualdad de condiciones por los mejores empleos y puedan desarrollar sus capacidades y potencialidades.
Mejorar la calidad de la educación dominicana es una urgencia, más allá de los intereses grupales que históricamente han impedido la evaluación del personal docente, hay que insistir en un sistema educativo donde prime la meritocracia y se echen a un lado los privilegios.
Sin educación será imposible para la República Dominicana competir en el siglo XXI, pero debe ser inclusiva y democrática, donde todos nuestros niños y jóvenes tengan las mismas oportunidades.
Decía Danilo, que lo más importante que se plantea el gobierno en materia de salud es: ¨la creación de la Red de Servicios Públicos de Salud¨, que está incluida en la ley 42-01, y el cambio de modelo de atención ¨para acercar la salud a la gente¨.
El cambio de modelo en salud es otra urgencia, para que el médico sea parte de un equipo de salud con visión preventiva comunitaria, fortaleciendo el primer nivel de atención y haciendo que sea la verdadera puerta de entrada de un sistema que debe ser universal, de calidad y resolutivo.
En cuanto al empleo, las metas son ambiciosas y poco a poco se ha ido avanzando; el actual gobierno está trabajando de manera sostenida en proveer de recursos financieros a lo que es el alma de la economía dominicana, las Pymes, tanto del campo como de la ciudad.
La formalización de nuestros productores, ayudados por el gobierno, es una apuesta que no puede fallar en la lucha contra la pobreza.
En el mundo actual las políticas de inclusión, y la lucha contra la pobreza y la marginalidad, no solamente son imprescindibles para construir progreso y desarrollar nuestras sociedades, son un buen negocio para todos.
Integrar a los más pobres a la masa de consumidores, es el secreto que ha lanzado al camino del desarrollo a las economías de los llamados países emergentes, y sostiene las principales economías del mundo.
El cambio de modelo que plantea Danilo es en esencia éste: educación y salud universales y de calidad; y sacar de la pobreza a los más excluidos, facilitándoles instrumentos financieros para desarrollar sus negocios, de modo que se integren a la masa de compradores de los bienes y servicios producidos.