Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Activistas por los derechos humanos anunciaron hoy una parada indefinida a partir del sábado en el perímetro de la Casa Blanca, a fin de presionar al presidente estadounidense Barack Obama para que detenga las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados.
Representantes de varias organizaciones a favor de una reforma migratoria anunciaron aquí en conferencia de prensa que la acampada frente a la sede del Ejecutivo comenzará el 5 de abril, una vez concluyan las previstas marchas en unas 40 ciudades del país contra las expulsiones de personas sin papeles.
El grupo Coalición de Organizaciones Latinas Unidas por una reforma migratoria integral es una de las que lidera el llamamiento a efectuar movilizaciones en Miami, Los Ángeles, Chicago, Houston, Dallas, Nueva York, las Carolinas, Atlanta y Washington, entre otros territorios.
Llevaremos un mensaje a nivel nacional para decirles a los congresistas que ya es tiempo de aprobar la reforma migratoria y que Obama frene las deportaciones de indocumentados, indicaron en la convocatoria.
Advirtieron las entidades que el 2014 es el momento para concretar la legislación, debido a que 2015 será un periodo de preparación para las elecciones presidenciales del año siguiente.
Aunque el mandatario aduce que si no es este año, la reforma se adoptará en 2015, resultará muy difícil por ser un año político en el que nadie va a querer tomar responsabilidad por la reforma, aseguró días atrás Francisco Portillo, de la Unidad Hondureña Francisco Morazán.
El presidente Obama prometió en su primer mandato una reforma. El Senado aprobó una medida en este sentido, pero ahora estamos esperando a que se pongan de acuerdo en la Cámara de Representantes, explicó por su parte el pastor Enrique Pacheco.
En Estados Unidos cerca de 11,5 millones de ciudadanos aguardan por una readecuación de las legislaciones migratorias.
En junio de 2013, el Senado federal aprobó una medida que avanza en el tema del otorgamiento de la ciudadanía.
Sin embargo, la mayoría republicana en la Cámara baja aboga por tratar el tema de manera fragmentada y sin posibilidades de optar por la naturalización.
Desde que Obama llegó a la Casa Blanca, más de dos millones de personas han sido deportadas del país, lo cual supera las cifras registradas durante los ocho años de George W. Bush (2001-2009) y más del doble de las reportadas durante el mandato de William Clinton (1993-2001), según cifras oficiales.
La Unión Estadounidense para las Libertades Civiles (ACLU) subrayó recientemente que solo en 2012, 150 mil niños sufrieron la deportación de al menos uno de sus padres, lo cual incidió en un fenómeno preocupante como la separación de las familias en la nación norteña.
La ACLU también bautizó a Obama como presidente de las deportaciones, al tiempo que reclamó el fin de los programas de expulsión de inmigrantes indocumentados.