Naciones Unidas, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó hoy el despliegue de una fuerza de paz en la República Centroafricana para tratar de contener la violencia intercomunitaria y su impacto en la población civil.
De manera unánime, el órgano de 15 miembros adoptó una resolución que activa la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización en la República Centroafricana (Minusca), con un máximo de 10 mil soldados y mil 800 policías extranjeros.
La decisión responde a una solicitud realizada semanas atrás por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para intentar poner fin a los choques armados y actos de venganza entre milicias musulmanas exSéléka y cristianas anti-Balaka, que han dejado miles de muertos y un millón de desplazados.
Según el documento aprobado aquí, la Minusca tendrá como mandato la protección de civiles y el respaldo al proceso de transición en el país africano, donde a finales de 2012 estalló una crisis interna, agravada por el golpe de Estado de marzo de 2013 y los enfrentamientos intercomunitarios de diciembre último.
La Misión además participará en labores de desarme, desmovilización y reinserción social de personas enroladas en grupos armados.
De acuerdo con la resolución del Consejo de Seguridad, la fuerza de estabilización estará activa hasta el 30 de abril de 2015, y asumirá la autoridad militar y policial de la operación liderada por la Unión Africana (Misca), con la presencia de tropas de intervención francesas, desplegada en diciembre pasado.
Militares foráneos han sido acusados de asesinatos de civiles, lo que ha motivado investigaciones de Naciones Unidas.
La anterior semana, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos responsabilizó a soldados chadianos por una masacre en un mercado de la capital centroafricana, Bangui, donde perdieron la vida 30 personas y 300 resultaron heridas.
En los últimos días, la violencia en el conflicto centroafricano ha escalado en la capital, con saldo de más muertes y desplazamientos forzados.
Además de las víctimas fatales y los refugiados, la crisis agrava la situación humanitaria de la nación, con un estimado de dos millones 200 mil personas necesitadas de asistencia urgente, la mitad de la población.