Cultura

Después del multitudinario homenaje en México, su país de acogida, la memoria de Gabriel García Márquez fue honrada este martes en su Colombia natal.

Aunque el Nobel de Literatura de 1982 era agnóstico, según sus biógrafos, los organizadores quisieron hacer un homenaje «muy solemne y sentido», según dijo la viceministra de Cultura, María Claudia López.

«Para la cultura colombiana no cabe la menor duda de que García Márquez es el personaje de mayor envergadura y más importante que ha tenido este país a nivel artístico y cultural y por eso estos homenajes tan sentidos, para honrar su cultura y despedirle», afirmó.

Bajo un cielo que amenazaba con lluvia y dejó ir algunas gotas, una fila de personas cruzaba la céntrica plaza de Bolívar, habitual púlpito de la sociedad colombiana, para poder ocupar algunos puestos en la Catedral Primada de Bogotá.

Los más madrugadores habían llegado dos horas antes del inicio del homenaje, convencidos de que como colombianos tenían que hacer acto de presencia en el acto central que se celebraba en el país, a pesar de que fuera convocado un martes en horas laborables.

Por eso, entre quienes pudieron acercarse a despedir al Nobel colombiano, cuyas cenizas permanecen en México en custodia de la familia afincada allí desde hace décadas, predominaban personas mayores y algunos turistas.

Pero entre ellos también se encontraba Yeiner, un niño de siete años que lucía su uniforme colegial y que mostraba orgulloso un afiche con un dibujo de la cara de García Márquez y sus libros que tardó en hacer dos días para «darle un adiós a Gabriel».

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y su familia encabezaron la comitiva oficial integrada por ministros, congresistas y algunos personajes de la cultura, mientras que pocos centenares de ciudadanos terminaron de llenar el aforo del templo.

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