La Seccional Jaime Vargas del Partido de la Liberación Dominicana en los Estados Unidos es una de las principales reservas de la mística de la organización fundada por Juan Bosch en 1973, y que hoy ejerce el poder de manera eficiente a favor del pueblo dominicano.
El desarrollo de la estructura orgánica del PLD en territorio estadounidense despegó en Nueva York, receptáculo de cientos de miles de criollos, específicamente en el condado de Manhattan, de donde se extendió de manera progresiva por el resto de Norteamérica, incluso Canadá.
Tomás Martínez, uno de los más experimentados dirigentes peledeistas en Nueva York, recuerda que figuras de la talla de Jaime Vargas (Ya fallecido y cuyo nombre lleva la Seccional), José Fernández, Pedro Pablo Reyes (Cacique), Jaime González, Manuel Alar y Héctor Cerda, cumplieron roles fundamentales en la construcción de la organización en el exterior.
Martínez, quien fuera vicepresidente de la Seccional y se mantiene como un dinámico activista de la comunidad dominicana en Nueva York, recuerda específicamente el empeño del legendario Jaime Vargas en procura de implementar con todo rigor los esfuerzos concentrados dirigidos a captar entre la diáspora simpatizantes, eventuales colaboradores y aspirantes a miembros.
Los esfuerzos concentrados, actividad asimilada como método de trabajo por el PLD, se realizaban en condiciones espacialmente difíciles en Nueva York y otros estados de la Unión, si se toma en cuenta que previamente era preciso identificar los lugares de mayor concentración de dominicanos y las eventualidades del clima.
“Sin embargo”, puntualiza Martínez, “la máxima enarbolada por nuestro guía, Don Juan Bosch, de que a mayor desarrollo económico, mayor conciencia política, se verificaba fielmente allí, y por eso nuestro Partido experimentó desde sus inicios una tendencia sostenida de crecimiento, aún mayor que en el mismo territorio insular”.
Recuerda que los peledeístas de Nueva York también debieron afrontar las acusaciones de “comunistas” que eran habituales en la etapa de la guerra fría y que comúnmente se le endilgaba a su líder histórico, Juan Bosch, con el propósito de indisponerle con los sectores más conservadores.
No obstante, los niveles de conciencia entre los inmigrantes dominicanos de la época les conducían a una identificación natural con los ideales boschistas, ya que en esos principios veían plasmados sus sueños de una nación con muchas mejores condiciones de vida para ellos y los suyos.
Efervescencia, Reflujo y Repunte
En 1990, las encuestas, entre ellas la de la prestigiosa firma Gallup publicada por el periódico El Siglo, mostraban claramente la tendencia ganadora que encaminaba a Juan Bosch y al PLD hacia el triunfo electoral en los comicios de mayo de ese año, como en efecto ocurrió.
Los condados neoyorquinos de Manhattan, El Bronx, Queens y Brooklyn; las ciudades de Boston, New Jersey y Miami, asimismo como la isla de Puerto Rico, fueron escenarios de gran agitación y expectativas entre los dominicanos que residían allí.
Aunque ciertamente el PLD ganó los comicios, el sueño de un gobierno progresista para el pueblo dominicano no se pudo concretar entonces, debido a un fraude que frustró momentáneamente las expectativas de cambio de la población, pero el partido supo recomponerse rápidamente, y ya para 1995 había estructurado una candidatura vigorosa, la de Leonel Fernández.
La apertura que siguió al triunfo electoral de 1996 implicó un importante crecimiento de la matrícula y una mayor incidencia de la diáspora en la política doméstica de la República Dominicana.
La Seccional del partido morado de la estrella amarilla jugó un papel determinante en la promoción e implementación del voto en el exterior, en la creación de las plazas para legisladores de ultramar y en las consiguientes legislaciones al respecto. Igualmente, se destaca la propuesta de la creación del Ministerio de Ultramar autoría de José Fernández, uno de los pilares del PLD en Nueva York.
Juan Bosch y la Seccional
Tomas Fernández recuerda con agrado el trato cercano que mantuvo siempre Juan Bosch con la Seccional de su partido, “No hubo ocasión que el líder visitara Estado Unidos que dejara de reunirse con la seccional del Partido aquí en nuestro propio local”, señala.
De esa manera, la diáspora tenía la oportunidad de enterarse de primera mano de la realidad dominicana y sus proyecciones, “ilustrados por el maestro”, aduce.
Al mismo tiempo, resalta los aportes que en el orden financiero siempre han estado dispuestos a hacer los dominicanos en el exterior, que durante mucho tiempo se constituyeron en uno de los principales soportes de la entidad, sobre todo para las campañas proselitistas.
Perspectivas
Los peledeístas de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Massachusetts, Canadá, Puerto Rico, La Florida y otros territorios, están satisfechos de su participación en los trabajos del finalizado VIII Congreso Ordinario Comandante Norte Botello.
Fue a partir del VI Congreso Juan Bosch que la Seccional del PLD en los Estados Unidos pasó a ser de pleno derecho un organismo funcional, y no un elemento aparte dentro de la estructura partidaria.
En la actualidad, los miembros de la Seccional están a la espera del proceso interno de renovación de los cuadros intermedios, como es mandatorio tras cada Congreso Ordinario.
Tomas Martínez subraya que el propósito es fortalecer los vínculos entre la comunidad dominicana en el exterior y el partido. En tal sentido, se busca tener participación en todos los escenarios y actividades donde se mueven los criollos.
“Pero trabajamos en terreno fértil, ya que a los dominicanos les gusta la política y se identifican con la visión de progreso de nuestro partido”, finalizó.