Editorial

El Partido de la Liberación Dominicana apura los pasos en el cumplimiento de las resoluciones de su recién concluido VIII Congreso Ordinario Comandante Norge Botello.

Un vistazo al interior de la organización, hace notable la actividad de sus organismos y órganos, que comienzan a estructurarse acorde a esas resoluciones, todas las cuales apuntan a hacer mucho más eficiente, comprometida con el país y moderna a esta portentosa organización creada por el profesor Juan Bosch.

El PLD apertura entre sus miembros, a todos los niveles, un escenario para el debate productivo sobre su rol y retos ante la sociedad dominicana y sus empeños por mantener y afianzar el respeto que bien se ha ganado en la escena política mundial.

Para la organización en pleno ejercicio de poder, lo importante es continuar sirviendo con entusiasmo y en forma militante como soporte político al eficiente gobierno que encabeza el presidente Danilo Medina.

Como indicamos en la pasada reflexión editorial, El PLD asume con gratitud y humildad el formidable respaldo de la población, de acuerdo a lo establecido por todas las encuestas.

Pero la organización no se recuesta a dormitar sobre esa renovada demostración de confianza del pueblo dominicano, sino que la asume como reto y aliento para continuar esforzándose en procura de ganarse la permanencia de ese valioso respaldo.

El PLD no repara en cuestionamientos, en ocasiones perversos, propios de la frustración que genera en otros espacios políticos la pérdida del respaldo y la fe del pueblo dominicano que, sin embargo, se hacen crecientes hacia el partido morado de la estrella amarilla.

En el PLD el discurso, la actitud y el proceder van de la mano del trabajo permanente, de la vocación de servicio, del empeño por modernizar y hacer más eficientes sus estructuras y de su indeclinable y firme condición de partido disciplinado con reconfortante y productivo espíritu de cuerpo.

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