Inclusive, al final, probablemente, este escrito haya sufrido por la terrible invasión de las malvadas muletillas en el periodismo.
Yo reí a mandíbulas batientes cuando escuché en un programa de radio al profesor de periodistas, Santiago Armada (nuestro querido Pibe), hablando de que hay una muletilla que le parece graciosa.
Es que en medio del proceso electoral los redactores usamos la expresión «de cara a las elecciones, como si las elecciones fuesen una mujer con cara, ojos, boca y nariz…»
Una muletilla que se repite una y mil veces es «habló en esos términos», utilizada por los reporteros para indicar el contexto en que un funcionario ofrece unas declaraciones.
Por ejemplo: fulano de tal «habló en esos términos al participar en el seminario X». También decimos que habló en el «marco» de este o aquel evento. Como si fuese el «marco» de una puerta.
Una no menos dañina que las anteriores es cuando indicamos que el evento «se realizó en un hotel de la capital», no ofrecemos el nombre del hotel «dizque para no dar publicidad gratuita» al establecimiento sede del evento.
Los redactores de prensa escrita, televisión y radio nos olvidamos que estamos escribiendo para la historia. Si en 10, 20, 30 ó más años un investigador toma nuestras historias no sabrá dónde se realizó el evento porque nosotros –por ignorancia– obviamos precisar la sede del acontecimiento.
«Los periodistas somos testigos de la historia», solía decir el buen amigo y ya fallecido periodista Leo Reyes.
La falta de creatividad nos lleva a repetir en las notas periodísticas las muletillas «con las notas del Himno Nacional se inició el acto» tal. «Bajo un sol candente», «al ritmo de tambora, güira…» se hizo esto y aquello.
El problema se torna mayor cuando los periodistas nos convertimos en el eco de las autoridades, repitiendo sus expresiones como papagayos.
Fulano informó que en el caso tal «llegarán hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga». Al final, no se investiga nada y no cae nadie.
Una vieja crítica ha sido a las frases «habló por su parte», «de su lado», utilizadas por el redactor dentro de una misma nota, para cambiar de un entrevistado a otro.
Con mucha frecuencia hay periodistas que inician párrafos diciendo: «En ese sentido, el presidente de la JCE dijo…», como si lo anterior y lo sucesivo no fuera en el mismo sentido.
En fin, la lista de esas terribles enemigas de la creatividad es muy larga y únicamente se elimina leyendo mucho, conociendo la vastedad de la lengua española y autoevaluándonos frecuentemente.
Hagámonos la pregunta: Si la lengua española es tan rica… ¿por qué usar siempre las mismas palabras?