Riad, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Los ministros de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, príncipe Saud Al-Faisal, y de Rusia, Sergei Lavrov, coincidieron hoy en la necesidad de aunar esfuerzos para combatir a organizaciones terroristas que generan inestabilidad en Siria e Iraq.
Al-Faisal y Lavrov sostuvieron una «extensa y detallada» conversación este sábado en la ciudad portuaria de Jeddah, a donde llegó el titular ruso para repasar las relaciones entre Moscú y Riad, pero sobre todo coordinar acciones para frenar el extremismo religioso en el área.
Fuentes de la cancillería saudita indicaron que la reunión se centró en buscar alternativas al fracaso de las dos conferencias realizadas en Ginebra para una solución pacífica de la crisis siria, que ya está en su cuarto año.
Lavrov trajo propuestas para ayudar a un arreglo que preserve la independencia, soberanía y unidad territorial y nacional de Siria, y combatir a las bandas terroristas que operan allí y se extienden a Iraq.
En ese sentido, los dos diplomáticos coincidieron en que las agrupaciones terroristas, en alusión implícita al Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL) y el Frente Al-Nusra, «se aprovechan de la crisis siria y encuentran un paraíso seguro en su territorio».
Lavrov y Al-Faisal llamaron, además, a trabajar por eliminar todas las causas que alientan la entrada de organizaciones extremistas islámicas a Siria, refirió la fuente oficial al reseñar que también dedicaron espacio a asuntos del intercambio y la cooperación bilateral.
Respecto a Iraq, los cancilleres mostraron su preocupación por el deterioro de la situación, sobre todo en la última semana tras la ofensiva de fundamentalistas sunnitas del EIIL, y alertaron de los efectos para la región de Medio Oriente y del Golfo, en particular.
También se pronunciaron por lograr la unidad nacional entre todos los componentes de la sociedad y el pueblo iraquíes, a fin de proveer «igualdad de deberes y derechos» a todas las comunidades étnico-religiosas.
Aunque el canciller saudita reiteró su demanda de que el primer ministro iraquí, el chiita Nouri Al-Maliki, inicie la formación de un gobierno de unidad nacional, moderó la agresividad de sus recientes acusaciones de que aplica políticas de exclusión y discriminación de la minoría sunnita.
Al-Faisal apeló a que el gabinete «represente varias categorías del pueblo iraquí, sin ninguna discriminación sectaria o exclusión y con énfasis en que cualquier intervención extranjera en esta etapa agravaría la crisis».
Los ministros ruso y saudita insistieron en la conveniencia de eliminar todas las tensiones sectarias y las causas de la actual inestabilidad, acentuada, en opinión de Moscú, por la violenta ofensiva de los «takfiristas» (extremistas) del EIIL.