Hablan los hechos

Los votantes escogieron el retroceso institucional en el año 2000, y a esto le siguió la catástrofe económica con que concluyó el gobierno de Hipolito Mejía y el PRD en el año 2004.

En estos cuatro años, no se produjo formalmente una ruptura institucional, más el método con que gobernaba Mejía se asemejaba a un gobierno de facto.

Cuando Leonel Fernández y el PLD ganan de nuevo las elecciones en la primera vuelta del año 2004, lo hacen con un amplio apoyo popular y una mezcla de grupos políticos y económicos de muy diversa naturaleza.

Politicamente, Leonel y el PLD construyen una alianza con varios de los partidos que fueron parte de la confrontación histórica entre liberales y conservadores, uniéndolos por primera vez en el mismo proyecto político y social.

A estos se le sumaron sectores que eran parte de la oligarquía histórica ligada a Balaguer, representantes de la nueva clase empresarial que se había fortalecido en la década de los 90, así como componentes del comercio importador y detallista que habían sufrido los vaivenes de la tasa de cambio y la disminución del consumo.

Comer es Primero

El primer objetivo del segundo gobierno de Leonel Fernández fue delineado desde su misma toma de posesión el 16 de agosto del año 2004 bajo la consigna: “Comer es Primero”.

Esto comprometió al nuevo presidente a realizar una fuerte inversión pública, y sacar de donde no había, para disminuir el impacto de la crisis económica que había heredado del anterior gobierno.

A través de la Tarjeta Solidaridad, el programa “Comer es Primero”, la puesta en funcionamiento del Seguro Nacional de Salud, la creación del Gabinete de Políticas Sociales, la Oficina de la Primera Dama de la República y otras medidas, se consiguió comenzó a impactar positivamente en los grupos mas vulnerables, que habían crecido desde el 27% de la población en el año 2000 el 44% en el año 2004.

Al mismo tiempo, la inversión en grandes obras de infraestructura, estabilidad de la tasa de cambio, apertura a la inversión extranjera y la confianza generada en los actores económicos, produjo un fuerte crecimiento del Producto Bruto Interno, lo cual a su vez disminuyó la tasa de desempleo, que era del 19.5% en el año 2004.

A finales del 2004 el país creció un 3.2%, en solo tres meses de gobierno de Fernández, ya en el 2005 el PIB creció a razón del 9.3% y aún mas en el 2006 que llegó al 10.7%, con una inflación por debajo de un dígito y la tasa de cambio totalmente controlada.

Economía social de mercado

La República Dominicana del año 2006 era vista como un milagro económico, por haber salido de la crisis bancaria de forma tan rápida logrando apoyo en los organismos internacionales de crédito.

Internamente el éxito económico del gobierno se expresó en la victoria electoral del PLD en las elecciones para renovar el Congreso y los Ayuntamientos en el año 2006.

Leonel aplicaba una politica económica que definía de corte como progresista y redistributiva, aún así, la recuperación comenzó firme pero lentamente.

El lastre dejado a la economía por el deficit que produjo la quiebra de los bancos, es aún en el día de hoy, parte de los problemas estructurales que acarreamos.

El modelo que se planteó para reorganizar el país desde el punto de vista económico, es la llamada economía social de mercado, donde el gobierno garantiza el equilibro del mercado haciendo uso de su capacidad de asignación de recursos, los cuáles obtiene de la riqueza que se produce en un ambiente de libre competencia.

Este modelo no es de derechas ni es de izquierdas, ya que ideológicamente no defiende la hegemonía del estado, como en los regímenes socialistas, así como tampoco la libertad completa del mercado, como es el caso de los regímenes neoliberales.

Antes bien, se construye un engranaje político, económico y social, donde todas las fuerzas productivas trabajan armónicamente con el arbitraje del estado, y la garantía de redistribución efectiva a los sectores mas postergados de la sociedad.

Leonel, el equilibrista internacional

A la vez que el país salía de la crisis económica y volvía a la senda del crecimiento y la estabilidad, comenzó a plantearse un entorno internacional amenazante para nuestra todavía débil economía.

El precio de los hidrocarburos en el mercado internacional subió de manera inédita ubicándose en un máximo de 150 dólares el barril, sufriendo la economía dominicana un fuerte impacto en su balanza de pagos, ya que somos importadores netos de petróleo.

En el año 2005 se realizó el Primer Encuentro Energético de Jefes de Estado y de Gobierno del Caribe, de donde surgió el acuerdo de Petrocaribe, por medio del cual la República Dominicana pudo adquirir la mayor parte de los 165,000 barriles diarios de petróleo que eran su consumo con un crédito otorgado por Venezuela.

Sin embargo, rechazó la propuesta de Hugo Chávez de que nuestro país se adhiriera a la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), donde se reunían los países que estaban enfrentados retóricamente a los Estados Unidos en el continente, manteniendo una posición política pragmática antes que asumir recetas ideológicas socialistas.

Sin dudas, Leonel Fernández y el PLD, habían dado un giro hacia el centro en sus posiciones políticas, no apoyaron el populismo extremo, tan en boga en esos años, aunque en estos momentos hace crisis, así como tampoco las políticas ultra neoliberales que tanto se cuestionan en nuestros días.

La revolución democrática

Sin dudas el legado mas importante que dejarán Leonel y el PLD para las próximas generaciones es la discusión y puesta en vigencia de la nueva constitución dominicana el 26 de enero del año 2010.

Nunca en la historia dominicana se había producido una discusión tan amplia, ni se había realizado una transformación tan profunda de nuestra Carta Magna.

Este documento constituye el centro de la “revolución democratica” que había pronosticado Fernández al inicio de su mandato constitucional.

La cantidad de reformas aprobadas por la Asamblea Revisora y consensuadas por la dirigencia formal de los partidos políticos, ubicó a la República Dominicana en el camino de crear un Estado democrático social y de derecho, que podría significar el fin de la hegemonía del pensamiento conservador que caracterizó a nuestros gobiernos desde la fundación de la República.

Además de incluir por primera vez en nuestra historia un preámbulo, la Constitución Dominicana declara en su articulo 7, que somos un Estado Democrático Social y de Derecho.

Crea la figura del referendum y el plebiscito, prohibe la reelección presidencial de forma consecutiva, se crean las llamadas Altas Cortes, el Consejo del Poder Judicial, se garantizan los derechos fundamentales tanto del hombre como de la mujer.

Es todo un blindaje legal a cualquier tipo de subversión contra el orden constitucional que intente establecerse en es país, al declarar nulas de todo derecho las acciones que se realicen en contradicción a la Constitución.

En fin, una de las Cartas Constitucionales mas avanzadas de toda América Latina.

Danilo y la política social

Al terminar su mandato el 16 de agosto del año 2012, Leonel Fernández y el PLD, habían sostenido la bandera del crecimiento económico navegando en un entorno internacional muy negativo.

Cuatro choques recibió la economía dominicana en esos 8 años: el aumento de los precios del petróleo, la recesión de la economía norteamericana, la crisis de la deuda europea y el aumento del precio de los alimentos en el mercado internacional.

A pesar de eso, el PLD y sus aliados ganaron de nuevo las elecciones, esta vez, bajo el liderazgo de Danilo Medina, quien planteó durante su campaña electoral un compromiso de redistribución, a través de medidas de corte social, para beneficio de la población mas desamparada.

Medina se planteó como metas desde la Presidencia de la República: sacar a 400 mil dominicanos de la pobreza extrema, llevar a 1.5 millones al nivel de consumidores de clase media, mantener un crecimiento del 4.5% del PIB en promedio en los cuatro años de gobierno y la creación de 400 mil nuevos empleos formales.

Todo esto sobre cuatro ejes principales que son los siguientes: institucionalidad pública, vida digna y saludable para la población, economía prospera y sostenibilidad ambiental.

En menos de dos años, el gobierno de Danilo se ha empeñado en mejorar la productividad y los niveles de vida del 35% de la población dominicana que vive en el campo de la producción agrícola.

Ha invertido cuantiosos recursos en mejorar nuestro arcaico sistema educativo, proveyendo de miles de nuevas aulas a los estudiantes de las escuelas publicas, mientras se trabaja en la adecuación de los contenidos y la capacitación de los maestros.

Con altos niveles de aceptación publica, en un país tan acostumbrado a la crítica sin sentido, el actual Presidente se encamina a cumplir su segundo año de mandato en medio de la satisfacción y agrado de la mayoría de los dominicanos.

Gran parte de su programa de gobierno está por realizar, se construyen grandes obras de infraestructura, entre ellas la Presa de Monte Grande, que convertirá al sur profundo de la República, en una zona altamente productiva.

En fin, mientras con las reformas iniciadas en la década de los 90 avanzamos en la institucionalidad y transparencia de la gestión del Estado, al mismo tiempo se distribuye el fruto de trabajo de todos para beneficio de la población mas pobre.

A eso se le llama economía social de mercado, lo que está haciendo el actual gobierno del Presidente Danilo Medina.

Termina la transición

A través de esta serie de artículos hemos dado un repaso que nos llevó desde la construcción del conservadurismo para enfrentar al iluminismo en el siglo XVIII, así como las consecuencias históricas que se produjeron a partir de esta dicotomía en el continente americano.

Ubicamos, a traves de sus acciones mas que de las palabras, a los patriotas que declararon la independencia de nuestras naciones, dando las explicaciones de lugar al porqué las nacientes repúblicas de nuestro continente replicaron el modelo presidencialista norteamericano y no la monarquía o las asambleas parlamentarias de la Europa del siglo XIX.

Pudimos seguir el rastro del pensamiento conservador a través de toda la historia de nuestro país, demostrando que nuestra clase gobernante ha estado influenciada por estas ideas, las cuáles ha puesto en practica en la mayoría de nuestros gobiernos, incluyendo los del proceso democrático que surge después de la dictadura de Trujillo.

Y por fin, como después del cuestionamiento ideológico que se produjo al caer el Bloque Soviético junto con la conclusión equivocada de que la historia había terminado, en la República Dominicana se produjo una transición política, que sustituyó el liderazgo absoluto de Joaquin Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez; por un liderazgo colectivo integrado en el Partido de la Liberación Dominicana.

Pareciera que dejamos atrás exitosamente el maniqueísmo de señalar posiciones de izquierdas y derechas, en un mundo cada vez mas centrado en la creación de políticas públicas que tiendan a mejorar los niveles de desigualdad que afectan, sobretodo a nuestro continente.

Como bien lo definiera alguna vez Leonel Fernández, los gobiernos del PLD no son de derecha ni de izquierdas, son regímenes progresistas.

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