Economía

Las últimas estimaciones del Informe Mundial sobre la Protección Social de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) da cuenta de que existe un déficit de trabajadores de la salud de alrededor de 10.3 millones a fin de garantizar que todos aquellas personas que necesiten reciban servicios sanitarios de calidad.

Estos datos presentados por el organismo internacional revelan que este déficit mundial debilita los esfuerzos dirigidos a alcanzar la cobertura universal de la salud.

Igualmente el informe de la OIT indica que el problema es más grave en los países de bajos ingresos donde, en algunos casos, el 90 por ciento de la población no tiene acceso a la atención médica.

Se estima que cada país debería tener un promedio de 41,1 trabajadores de la salud por cada 10.000 habitantes para estar en condiciones de ofrecer atención médica a toda su población.

El documento cita ejemplos en países como Haití, Nigeria, Senegal y Sierra Leone, donde la proporción es de cinco o menos trabajadores de la salud por 10.000 habitantes, en comparación con 269 en un país de altos ingresos como Finlandia.

Una de las razones principales de este déficit son los salarios bajos que perciben los trabajadores de la salud. Por ejemplo, en Sudan, Egipto y Myanmar, los salarios del sector de la salud son apenas un 1 por ciento por encima de la línea de la pobreza de 2 dólares al día.

Los salarios inadecuados también produjeron consecuencias negativas, como el absentismo, la solicitud de pagos informales, y una fuga de cerebros en búsqueda de mejores ingresos fuera de sus países de origen.

Las malas condiciones de trabajo también acarrean muertes que podrían ser evitadas, por ejemplo en el caso de partos difíciles o de largas listas de espera para cirugía. En algunos casos, en las unidades de emergencia, los enfermeros deben atender a cuatro o más pacientes, cuando el número máximo es uno o dos.

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