Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un foro de la ONU alertó sobre el creciente aumento de la obesidad infantil al dar cuenta de un informe que refleja el dramático impacto de las enfermedades no contagiosas.
Margaret Chan, directora general de la OMS afirmó “nuestros niños están engordando en todas las regiones del mundo”, lo que representa una “señal de alarma” y el camino a “un serio problema” sobre la salud mundial.
Las prácticas en la venta de comidas no sanas y refrescos para los niños, juegan un papel importante en el tema de la obesidad infantil, que entre otras consecuencias genera una fuerte carga financiera para los sistemas públicos de salud.
“Las políticas públicas de salud deben cambiar desde la cura hacia la prevención, desde una gestión a corto plazo a otra de largo plazo», afirmó Chan.
Asimismo, recordó que la historia mundial ha estado marcada por la lucha contra las enfermedades infecciosas, que fueron disminuyendo mientras crecía la calidad de vida, pero que en la actualidad está ocurriendo lo contrario, ya que el progreso socioeconómico está creando las condiciones que favorecen las enfermedades no contagiosas, como lo es la obesidad, de la cual dijo que se trata de una epidemia que están desarrollándose cada vez más.
Chan lamentó que la comida sana «no es ni asequible ni accesible en vastas partes del mundo en desarrollo».
Un informe de la OMS señala que 38 millones de personas mueren anualmente por enfermedades no contagiosas, 14 millones perecen entre los 30 y los 70 años, y de ellos el 85% son habitantes de países en desarrollo.