La asamblea Nacional
esperaba a Ban Ki moon
pero el verdadero boon
lo formó otro oriental.
Pues solo hizo llegar
Y sin ser el Ban genuino
Pese a su pelo fino
y sus ojos chiquititos
fue bien errado aquel grito
señores llego el chino
Me cuentan que la Armada
desarrollaba el tributo
con un cuidado absoluto
mientras el chino marchaba.
El falso Ban observaba
Todo escoltado el camino
Pero un soldado, el más fino,
se quería hasta mandar,
fue el primero en escuchar;
señores llego el chino
Veinte minutos más tarde
es que llega el coreano
después que el otro “bacano”
recibiera el gran alarde.
Llega Ban, ya el sol arde,
con bombo lo recibimos
pero ya antes reímos
con el natural error
y el gritar del senador;
señores llegó el chino.
Como la falla estremece
reclaman al disidente
y este dice que lo siente
que esa gente se parece
Como un 5 y una S
uno con otro pepino
como dos gotas de vino
como dos granos de arroz
que por eso es que gritó:
señores llegó el chino.