Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Al menos 16,3 millones de niños estadounidenses viven en la pobreza, indicó hoy un informe de la Fundación Annie E. Casey.
Casi uno de cuatro menores en el país es parte de una familia que recibe ingresos por debajo de la línea federal de pobreza, afirma el informe anual The Kids Count Data Book.
El documento que recopila datos sobre el bienestar económico de los niños, la educación, la salud y el apoyo familiar, plantea en sus conclusiones que las desigualdades entre los niños «siguen siendo profunda y obstinadamente persistente».
Al señalar que las condiciones de vida de la gran mayoría de la población se deterioraron, el texto precisa que el número de menores en situación de pobreza alcanzó el 23 por ciento en 2012, muy por encima del 16 por ciento en 2000.
Esta situación, entre otras cosas, se debe a que las políticas gubernamentales beneficiaron a los grandes poderes económicos del país, mientras los programas sociales se redujeron.
Asimismo, agrega, los servicios públicos fueron diezmados, mientras que los precios de muchos artículos básicos están en aumento y los puestos de trabajo creados son abrumadoramente a tiempo parcial o de baja remuneración.
Laura Speer, directora asociada para la reforma política y la promoción de la Fundación Annie E. Casey, opinó que la tasa de pobreza infantil se encuentra conectada con el empleo de los padres y cuánto les están pagando.
El informe de la fundación plantea que el porcentaje de niños que viven en comunidades de alta pobreza aumentó igualmente de manera significativa, con un 13 por ciento de los menores que crecen en comunidades en las que más del 30 por ciento de los residentes son pobres, frente al 9 por ciento en 2000.
El estudio además de abordar los efectos de los altos costos del pago de una vivienda, alerta que los niños que crecen en comunidades de bajos ingresos tienen mucho menos acceso a la educación.
Recientes encuestan aseguran también que uno de cada cinco niños viven en hogares que no reciben con regularidad suficiente fondos para comer. El porcentaje de hogares enfrentados a la inseguridad alimentaria creció de 11,1 por ciento en 2007 al 16,0 por ciento en 2012.
Según estadísticas del gobierno, el 16,1 por ciento de la población local, casi 50 millones de personas, está en la pobreza, frente al 12,2 por ciento en 2000.
En esta situación también influyó el recorte de los programas de cupones de alimentos, algo que los republicanos en el Congreso se negaron a extender en 2013, y el fin de los beneficios federales por desempleo de larga data que afectaron a más de tres millones de cabezas de familias estadounidenses.