Ciencia y Tecnología

Un gemelo del Curiosity buscará vida en Marte

Dentro de algunos días la misión del MSL (Mars Science Laboratory) cumplirá dos años desde que el 8 de agosto de 2012 aterrizase en Marte. A pesar de lo mucho que se ha escrito sobre el Rover Curiosity durante este tiempo aún queda gente que piensa que el objetivo de esta misión es buscar vida en el planeta rojo, y eso no es exacto.

En realidad el Curiosity es un enorme laboratorio geológico-químico cuya función es la de determinar la habitabilidad de Marte, tanto en tiempos pasados como en el presente, pero no está equipado para detectar vida.

Ahora que sabemos con total seguridad que Marte fue perfectamente habitable en el pasado y que incluso en la actualidad podría ser habitable para determinados tipos de extremófilos (ya hemos visto en este blog algunos ejemplos de estos resistentes organismos) parece que la NASA considera que ya ha llegado el momento de planificar una misión que efectivamente busque vida en nuestro planeta vecino para despejar una de las preguntas más fundamentales de la Humanidad.

Para esta tarea los ingenieros de la Agencia espacial estadounidense han propuesto durante estos últimos años diferentes proyectos entre los que destaca, por ejemplo, un rompehielos conocido como Icebreaker Life y cuya misión sería aterrizar en las cercanías del Polo Norte marciano y buscar vida bajo el hielo mediante un taladro que puede llegar hasta un metro de profundidad.

Sin embargo, en estos tiempos de crisis y recortes presupuestarios (sobre todo en materia espacial) la NASA prefiere ir a lo seguro y el proyecto que parece más viable de todos los presentados es un nuevo Rover muy similar al Curiosity… y es que, si algo te funciona, ¿por qué no seguir utilizándolo?

El plan inicial era conseguir una misión capaz de recoger muestras del entorno marciano y enviarlas de vuelta a la Tierra para su análisis y estudio. Sin embargo, con el presupuesto de la NASA hoy en día es insuficiente para abarcar una misión completa, así que han decidido equipar al nuevo Rover con la capacidad de recoger muestras y guardarlas de modo seguro, a la espera de que misiones posteriores puedan traerlas a nuestro planeta para su estudio completo.

Este nuevo vehículo (aún no tiene nombre oficial) se lanzaría en 2020 y estará equipado con el instrumental necesario para detectar biomarcadores, señales que indiquen la posibilidad de vida en el planeta marciano, las recogerá y las guardará en cilindro sellado con capacidad para hasta 31 muestras.

Es más, aprovechando este nuevo Rover-laboratorio, los ingenieros de la NASA han pensado que podrían utilizarlo para alguna tarea más que pudiera ir allanando el camino para una posible misión tripulada en un futuro.

Y una de las interrogantes más interesantes de Marte es sin duda estudiar y evaluar la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera ya que mediante este compuesto se pueden conseguir oxígeno y metano que serían de gran utilidad de cara a esa futura llegada del hombre al planeta rojo.

Para concluir, diremos que este nuevo Rover realizaría la entrada en la atmósfera y el aterrizaje en Marte de la misma manera que lo hizo el Curiosity (mediante el mismo sistema de propulsores y grúa que funcionó en aquellos célebres “siete minutos de terror”), así que parece ser que los aficionados a la exploración espacial volveremos a pegarnos a las pantallas para vivir nuevamente una jornada de nervios y suspenso…

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