Las migraciones humanas traen consigo un sin número de factores que a veces resultan beneficiosos y otras veces resultan perjudiciales para las sociedades que dan acogida a los nuevos visitantes.
Nuestro continente se formó por la llegada de ciudadanos de diferentes naciones, que en la época de las colonias eran las que dominaban el mundo, y con sus culturas terminaron forjando lo que hoy somos los habitantes del llamado nuevo continente.
Es por estas razones que América es un abigarramiento de culturas, que ha sabido crear una amalgama de colores, sabores, religiones y creencias que nos hace ser el gran espacio de este mundo, donde convive la mayor diversidad humana.
La República Dominicana es la más expresiva muestra del encuentro y mezcla de diferentes culturas, donde se inició y ha permanecido la convivencia, aceptación y unión de la diversidad humana lo que, desde el inicio del encuentro cultural, nos convirtió en un pueblo que disfruta de acoger y bien tratar a los que visitan nuestro media isla.
La llegada de extranjeros ha representado a nuestro país, desde sus inicios, una gran variedad de beneficios, hasta el punto de que el turismo representa uno de los pilares de nuestra economía; pero de igual forma, la llegada de extranjeros, ha generado en nuestro país y cultura, impactos negativos, con los cuales tenemos que luchar.
Los perjuicios de las migraciones, sobre todo las descontroladas, suelen ser múltiples y de diferentes aspectos, dentro de los cuales se podrían citar la delincuencia, enfermedades, el impacto en el empleo local, informalidad laboral entre otras cosas; mas no es común que las migraciones puedan impactar negativamente en el medioambiente de los territorios que suelen acoger a los que a ellas arriban.
En el caso de la República Dominicana, si no es el único país, sería uno de los pocos en los cuales las migraciones, descontroladas, han logrado impactar, de forma considerable, los recursos naturales; y es que compartimos una isla con un país, Haití, que el combustible que usa gran parte de su población para la cocción de sus alimentos, es el carbón, lo que terminó dejando su territorio con un 2% de cobertura boscosa.
Desde finales de la década de los 60 nuestro país inicio acciones tendentes a detener la explotación irracional de los bosques; el cierre de aserraderos, sanciones drásticas a los infractores, facilidades alternativas al uso de carbón, acompañadas de crecimiento económico, permitieron que la mayor parte de la población dominicana sustituyera el carbón por el gas licuado de petróleo GLP.
La importación de estufas a gas licuado de petróleo GLP en República Dominicana experimentó una explosión, llegando a alcanzar grandes cifras y un gran número de marcas en el mercado, y esto lo decimos con el conocimiento, ya que desde el año 1997 al 2003 nos desempeñamos como gerente de mercadeo en una de las más grandes importadoras del país.
Estas acciones dieron como resultado que la República Dominicana, no tan solo detuviese el proceso de deforestación, sino que lograse incrementar su cobertura boscosa, la cual pasó de un 12%, en la década de los 60 a un 39% en la actualidad.
En contraposición con lo anteriormente expresado se encuentra la República de Haití, donde la mayor parte de su población cuece sus alimentos a base de carbón; la pobreza, la fragilidad institucional y la débil cultura conservacionista han dado como resultado que Haití sea unos de los países con más baja cobertura boscosa (ver “La verdad Incomoda” de All Gore), lo que evidentemente genera una presión al bosque de nuestro país. Dado que cuecen sus alimentos con carbón, no poseen bosques y su única frontera terrestre es con nosotros, los haitianos, en componenda con dominicanos, cruzan a nuestro territorio en busca de satisfacer la demanda de carbón que tienen en su país.
Esta situación nos obliga a realizar acciones tendentes, no tan solo a evitar que sigan agrediendo nuestros bosques, sino a lograr que la población Haitiana pueda conseguir alternativas sostenibles para la cocción de sus alimentos; briquetas, gasificadores, biodigestores y aprovechamiento solar, son de las tecnologías que podrían ayudar a paliar y, que nosotros podemos facilitar, de existir la voluntad en las autoridades Haitianas, para poder controlar esta situación.