El transporte transfronterizo en los países de economía creciente ha sido un tema de constante revisión.
La Unión Europea en su momento, durante el proceso de transformación, tuvo que revisar el aspecto de la seguridad vial por el aumento del flujo comercial transfronterizo.
Ello dio lugar a no aceptar los indicadores de siniestralidad vial, al declarar inadmisible las estadísticas de fallecidos y lesionados en las carreteras.
La puesta en marcha de un plan estratégico conjunto entre las naciones parte de la Unión ha estado dando resultados convincentes, de que es posible la erradicación de la epidemia del volante.
También Estados Unidos y México tuvieron diferencias una vez sobrevino la posibilidad de la firma del Tratado de Libre Comercio en la primera década del siglo pasado.
Las relaciones comerciales entre ambas naciones fueron cada vez más tensas para finales de 2010 y principio de 2011, cuando se buscaba igualdad de condiciones para los usuarios pesados de las carreteras transfronterizas.
Los transportistas mexicanos asumían un comportamiento inusual para los estadounidenses, de irrespeto a las leyes de tránsito y seguridad vial, por lo que se debía poner freno a la alta accidentalidad que se venía sucediendo por esta causa.
Los mandatarios, Barak Obama y Felipe Calderón, tuvieron que reunirse y acordar la firma de un Memorándum de Entendimiento de Transporte Transfronterizo de Carga a través de Relaciones Exteriores.
Este documento de acuerdo mutuo tuvo lugar el 3 de marzo de 2011, en donde la Secretaria de Comunicaciones y Transporte de México y el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT), convinieron que los conductores objetos del acuerdo portaran una certificación jurídica que los obligara a cumplir con ciertos requisitos y normativas de seguridad vial.
Los transportistas de carga de las dos naciones se comprometieron a respetar un nuevo programa fundamentado en la preservación de la vida, la salud y las propiedades de los usuarios de las vías públicas; significando esta solución un refuerzo para el cumplimiento de los compromisos pactados en el Tratado de Libre Comercio en materia de transporte de mercancías por la frontera y la seguridad en el tráfico.
Como consecuencia de este conflicto que parecía un clavito en el zapato para las relaciones comerciales entre Estados Unidos y México se formó una comisión bilateral que evalúa periódicamente el programa, haciendo más eficiente y competitivo el Tratado de Libre Comercio.
Estas experiencias de la Unión Europea, Estados Unidos y México de aplicación de buenas prácticas de políticas públicas debieran ser objeto de análisis para la República Dominicana, ahora que se están revisando las relaciones con Haití.
Las estadísticas registradas revelan números alarmantes de víctimas de nacionalidad haitiana en territorio dominicano. Mil 219 lesionados y fallecidos extranjeros entre el 2011 y 2013; 33 víctimas por mes, donde el 71% fueron haitianos.
Todo esto quiere decir, que la seguridad vial tiene que ver con relaciones exteriores, con el cumplimiento de acuerdos internacionales, respeto a las leyes y normas establecidas y el mantenimiento del Estado de Derecho. Pero también, con la eficiencia y la competitividad comercial y el turismo.