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Naciones Unidas, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Guerras regionales, tensiones étnicas y religiosas, cambio climático y fragmentación de algunos Estados, fueron expuestos hoy como un ciclo de crisis del siglo XXI por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.

En su discurso en el LXIX período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, Bachelet subrayó que pese al progreso innegable de los tiempos actuales, «paradójicamente, vivimos un ciclo de crisis».

Añadió entre ellas la profundización de las desigualdades sociales y el terrorismo, que amenazan la paz, la seguridad, los derechos humanos, el desarrollo y la democracia.

Vemos con preocupación los tres millones de refugiados que ha generado la crisis en Siria; la acción de grupos terroristas como el Estado Islámico; la cruenta violencia que el mundo ha presenciado en Gaza, apuntó.

La jefa de Estado expresó su solidaridad con las victimas y, al mismo tiempo, su condena tajante al uso de la violencia. Creemos que la comunidad internacional debe buscar soluciones políticas y negociadas, acotó.

«La posición de Chile es clara: creemos que hay que cuidar el principio de la integridad territorial y, a la vez, velar por los derechos de las minorias. Creemos que es posible una solución que evite una escalada de violencia (…)», acotó.

Bachelet opinó que la idea de la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU es una tarea pendiente que exige decisión politica y acción.

Reiteramos nuestro apoyo a la ampliación del Consejo y a las aspiraciones de Alemania, Brasil, Japón y la India para constituirse en miembros permanentes, sentenció.

Exdirectora de ONU Mujeres, refirió que el tema de las féminas, paz y seguridad es un asunto prioritario para Chile en la agenda del Consejo de Seguridad.

«La lucha que hemos dado las mujeres para empoderarnos e impulsar iniciativas que frenen la violencia contra las mujeres y las niñas ha sido incesante. Gracias a esos esfuerzos, la mujer hoy está en el centro de la nueva arquitectura del desarrollo y de la paz», precisó.

En otro orden, la mandataria recalcó el compromiso en América Latina y el Caribe con el desarrollo sustentable, la seguridad, la calidad de la gobernanza y sobre todo la desigualada, como asuntos acuciantes.

«Creemos que la desigualdad es una de las mayores amenazas para la seguridad internacional, por sus repercusiones en la paz social y en las posibilidades de que todos avancemos hacia un desarrollo», argumentó.

Hoy en Chile existe una convicción colectiva sobre la necesidad del cambio, un cambio que apunta precisamente a reducir sustantivamente la desigualdad, agregó.

La gobernante hizo además un detallada exposición del compromiso de su administración con una serie de reformas, como la tributaria, laboral y en educación con el objetivo de dotar a los chilenos de mejores perspectivas de vida.

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