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Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El gobierno de Estados Unidos instó al Congreso a que autorice fondos para entrenar y armar a la oposición siria, la misma que trata de defenestrar al presidente Bashar Al Assad.

Según el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, la medida es la opción más viable para luchar contra el grupo radical Estado Islámico (EI), cuyo avance le ha permitido controlar parte de los territorios de Iraq y Siria, donde proclamó un califato en junio.

En entrevista transmitida por el espacio televisivo FoxNews Sunday, McDonough se refirió al reciente anuncio de la estrategia del presidente Barack Obama para acabar con la supuesta amenaza que representa el EI para la seguridad nacional de Estados Unidos.

Dijo que quienes deben combatir en tierra al EI dentro de Siria son los efectivos de la oposición, fuerzas que las autoridades de Damasco califican de terroristas.

Obama afirmó el miércoles en un esperado mensaje a la nación que ampliaría los ataques aéreos a las posiciones de los fundamentalistas del EI en suelo sirio, pero negó el despliegue en tierra.

El secretario de Estado, John Kerry, hizo una gira urgente para Medio Oriente para reunir apoyo internacional, en particular con los aliados de países árabes.

La víspera el gobierno norteamericano indicó por primera vez que Estados Unidos está en guerra contra los militantes del grupo extremista.

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, usó la expresión al menos tres veces durante su comparecencia diaria ante los medios, según la cadena NBC.

No obstante, en su discurso a la nación en la noche del miércoles Obama evitó caracterizar la lucha contra el EI como una guerra.

En su alocución sabatina por radio e internet, el gobernante aseveró que quiere evitar los errores del pasado en la aplicación de su estrategia contra la agrupación yihadista y dejó claro que en este nuevo escenario Washington «no puede estar solo».

Además, rechazó la idea de enviar fuerzas terrestres porque «no serviría para nuestros intereses (los de Estados Unidos)».

Al menos 10 aliados ya le dieron el espaldarazo a Obama para formar una coalición contra el EI.

El Presidente busca disminuir así el riesgo para los militares del Pentágono y trata de alejarse del fantasma de las guerras que heredó de su predecesor George W. Bush desatadas en Afganistán (2001) e Iraq (2003).

Estados Unidos hizo un envío adicional de 475 efectivos a suelo iraquí, con lo cual la cifra supera ya los mil 600.

«Quiero que los estadounidenses entiendan que este esfuerzo será diferente a las guerras de Iraq y Afganistán», enfatizó Obama el miércoles.

Entretanto, la amenaza creciente del EI ha provocado un giro en la opinión pública aquí favorable a lo que persigue Washington: atacar a los fundamentalistas no solo en Iraq sino caer sobre Siria.

Los últimos sondeos nacionales revelan que el respaldo de la ciudadanía a una operación militar se ubica en su punto más alto desde que Obama llegó a la Casa Blanca en 2009 con la promesa de poner fin a los conflictos bélicos en Iraq y Afganistán.

Aunque ese recuerdo sigue fresco en la memoria colectiva el 62 por ciento de los estadounidenses se encuentran «muy preocupados» por el auge del yihadismo en el mundo, arrojó el sondeo del centro Pew.

El Estado Islámico difundió anoche un vídeo, similar a los de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, en el cual cumplió la amenaza de decapitar a un tercer rehén, el británico David Haines, de 44 años.

El gobierno de David Cameron reaccionó este domingo al calificar de monstruo a ese grupo islamista, que resulta de un desprendimiento de Al Qaeda.

Siria, por su parte, alertó de forma enfática que cualquier ataque contra su territorio con el pretexto de combatir el terrorismo, sin la aprobación de sus autoridades, será considerado una agresión.

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