La República Dominicana afronta a partir de este miércoles una nueva embestida contra su bien ganada reputación de nación democrática, respetuosa del ordenamiento jurídico con la que sustenta sus relaciones internacionales y portadora de una demostrada vocación y conducta solidaria.
En lo que se ha constituido en un frenético y abusivo propósito de sectores locales y foráneos por lograr una condena contra nuestro país, la representación local del Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se ha constituido en esta ocasión en el instrumento escogido para esos antipatrióticos fines.
El Tribunal de La Haya ha sido apoderado de un expediente con el que se pretende lograr una condena contra el país bajo la insólita acusación de fomentar la apatrídia.
Una Convención del Estatuto de los Apátridas realizada en el año 1954, señala al apátrida como la persona que no es considerada como nacional de ningún Estado conforme a su legislación. En términos semánticos del idioma español se considera así a una persona sin patria.
La señora Juliana Deguís, que con tanta vehemencia buscó y logró la nacionalidad dominicana, renegando la de sus padres haitianos que su Constitución le confiere, parte a esa cita en condición de testigo y acusadora de la infamante acción en contra de la nación que aún así reivindica como suya.
Para Vanguardia del Pueblo se trata de una nueva y desafortunada provocación que el sano escrutinio de los hechos y de la realidad de una nación sensible y solidaria con sus vecinos, habrán de batir ante ese o cualquier otro escenario.
Apelamos como siempre a la confianza de la población en nuestras autoridades que con los recursos de ley y de la razón, en modo alguno permitirán que esta insolente iniciativa pase más allá de ser una nueva intentona fallida contra la República Dominicana.