Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Las esperanzas del liderazgo republicano estadounidense de recuperar la mayoría en el Senado en las elecciones del 4 de noviembre próximo están bien fundamentadas, señala un comentario del periódico The Hill.
El partido rojo apenas necesita una ganancia neta de seis puestos para volver a controlar esa instancia legislativa, en momentos en que los resultados de las encuestas le son favorables en los estados de Colorado, Arkansas, Alaska y en otros territorios claves.
Sin embargo, los republicanos enfrentan dificultades en los estados de Kansas, Georgia y Kentucky y si pierden en algunas de esas demarcaciones les será difícil arrebatarle al partido azul la mayoría en la Cámara alta.
Entretanto, el vocero del Comité Demócrata para la Campaña Senatorial, Justin Barasky, considera que existen muchas contiendas electorales difíciles para sus correligionarios en todo el país, pero sus actividades proselitistas son mejores que las de la oposición «y estamos confiados en que finalmente mantendremos la mayoría».
Otros demócratas aseguran en privado que están perdiendo la batalla por el Congreso, entre otros factores debido a la influencia negativa del presidente Barack Obama, ahora con un bajo nivel de popularidad -alrededor del 40 por ciento de aprobación- en la medida que enfrenta situaciones difíciles en política exterior, añade el texto.
Entretanto, los republicanos en la Cámara de Representantes también aspiran a lograr victorias históricas para consolidar la mayoría que ahora disfrutan en ese órgano, donde pueden ganar entre seis y 12 nuevos puestos, considera The Hill.
En los comicios de noviembre estarán en juego los 435 asientos de la Cámara de Representantes -de los cuales 233 pertenecen ahora a los republicanos- así como 33 de los 100 puestos del Senado, controlado actualmente por los demócratas por una relación de 53 a 45 y dos independientes que votan con los del partido azul.
Además, ese día se disputarán los cargos 38 gobernadores estaduales, 46 legislaturas a ese nivel (excepto Louisiana, Mississippi, Nueva Jersey y Virginia), y numerosas posiciones de gobiernos locales, en un proceso que especialistas consideran como un eventual plebiscito sobre el apoyo al partido en el poder.