Las razones o las dudas que mueven a los héroes en su accionar, siempre estarán envueltas por las sombras tenebrosas del alma humana en medio del mar proceloso de sus interacciones sociales.
Como afirma Joseph Campbell en su libro “El Héroe de las mil caras”, “Si los hechos de una figura histórica real lo proclaman como un héroe, los que hicieron su leyenda inventarán para él aventuras apropiadas en profundidad”, si en este caso, dicho héroe es un humano de ficción, cabe entonces inventarle unas aventuras que se coloquen por encima de la fama de otros héroes o superhéroes”.
La cultura popular coloca a estos personajes al nivel de semi-dioses, fruto de la relación entre un dios y un humano, con las habilidades de los dos mundos, el divino y el terrestre, estos héroes humanos salidos del ingenio de dibujante y escritores gozan de una adoración semejante a semidioses.
A diferencia de los superhéroes que poseen habilidades y poderes, existen personajes que se enfrentan a los villanos sin más opciones que armas, habilidades atléticas y su intelecto.
Batman es un personaje del universo DC Comics, cuyo primer número se publicó en 1940, aunque había aparecido en 1939 lanzada como publicación trimestral. Terminó saliendo mensualmente hasta el día de hoy.
Bob Kane creó un personaje oscuro y negativo que no dudaba en acudir al asesinato cuando alguien se le colocaba en su camino, sobre todo esos villanos y pandilleros de gran malignidad.
El Batman light de los años 60 dio paso en los 70s a la transformación de un personaje más complejo y aquejado de conflictos interiores, para luego, de la mano de Frank Miller, convertirse en el paradigma de lo inflexible e implacable.
Como se sabe, Bruce Wayne presenció, siendo un niño el asesinato de su familia. Bruce jura vengarse, se somete a un durísimo entrenamiento físico y mental y regresa a combatir la delincuencia en Ciudad Gótica (Gotham City).
A lo largo de una serie de películas que nos presentan el panorama de un Batman justiciero con sus altas y bajas, veremos la evolución fílmica de este personaje emblemático en su lucha contra el crimen.
Batman (1989) y Batman Returns (1992), ambas dirigidas por Tim Burton, actuadas por Michael Keaton, y Jack Nicholson, Danny Devito y Michelle Pfeiffer, fueron muy exitosas económicamente aunque muy criticadas por la caricaturización extrema de los villanos el Guasón, el Pingüino y Gatúbela.
Joel Schumacher dirigió Batman Forever con Val Kilmer como protagonista (1995), una exploración interna del personaje que produjo enormes ganancias, señalándosele la falta de profundidad de sus villanos.
La versión Batman y Robin (1997) que estelarizó George Clooney, naufragó debido a la flojera de su historia y el excesivo número de personajes.
La trilogía del héroe que creara Bob Kane, dirigida por Cristopher Nolan, busca un relanzamiento de Batman añadiéndole una densidad sicológica al personaje, mucho más compleja y más cercana a nuestra época, y una oscuridad que lo acerca muchísimo a sus orígenes.
Batman Begins (2005), The Dark Knight (2008), y The Dark Knight Rises (2012), han sido aclamadas como obras fieles al héroe vengador, con villanos que destilan realismo y una aproximación al holocausto nuclear.
El “hombre murciélago” se enfrentó en The Dark Knight y Dark Knight Rises a villanos como el magnífico Joker de Heath Ledger, a Thalia al Gul y Bane, con un nivel de locura y fortaleza mental similares a la suya.
La vinculación de las personalidades de Bruce Wayne y Batman están en constante retroalimentación puesto que Wayne financia con su riqueza la construcción de la identidad secreta de Batman para enfrentarse al crimen, y vengar simbólicamente el asesinato de sus padres, una tesis planteada por el filósofo argentino Julio Cabrera.
El combate incesante de este héroe contra la delincuencia se transforma entonces en una especie de terapia para compensar la pérdida permanente, que lo convierte en un ser inadaptado, no mucho mejor que a los criminales que enfrenta.
La compensación que ofrece la personalidad y las actividades de Wayne es lo que impide a Batman desconectarse de la parte humana, racional y no transformarse en un monstruo destructivo.
La parte poderosa del murciélago es su mente analítica y su disciplina de samurái, cualidades que lo convierten en un pensador profundo dentro de ese colectivo llamado Liga de la Justicia.
Lo oscuro en la personalidad de Batman lo mantienen en una lucha interior constante, convirtiéndolo en un héroe atormentado por su pasado, siempre al borde de cruzar la línea que separa la justicia de la venganza.