La rentabilidad de la ganadería en el país en sus modalidades de carne, leche y doble propósito es baja. La dependencia de insumos importados y los sistemas de producción actuales dificultan mejorar esta difícil situación.
La eficiencia de las unidades productivas está seriamente afectada por la relación entre el costo de los insumos (la mayoría importados), el precio de la leche y de la carne al productor.
Por el camino que se ha transitado en las últimas décadas es difícil llegar a la autosuficiencia lechera, como se anuncia todos los años, tampoco a ser un país realmente exportador de carne como se pretende.
Algo similar sucede con la producción ovicaprina, aunque los precios de la carne son buenos y la demanda de leche de cabra y sus derivados es alta, esta actividad sigue siendo de baja rentabilidad y poco atractiva para inversionistas.
Aunque no hay cifras confiables, el número de cabezas de ganado bovino en el país, de alrededor de dos millones, hace difícil alcanzar alguna de estas dos metas.
Los principales países exportadores de carne de nuestro continente tienen poblaciones de ganado superiores al número de sus habitantes: Uruguay sobre 300%, Paraguay, Argentina y Brasil sobre 100%, Republica Dominicana menos de 30%.
El limitado financiamiento en condiciones de tasas y plazos atractivos es un factor importante que obstaculiza el desarrollo ganadero nacional. La exigencia de la banca nacional de garantía hipotecaria es un escollo no menos importante.
Los mejores impulsos que ha recibido la ganadería han sido los créditos supervisados y los programas de extensión como Proceple, Pia, Procofo, Prolino, Prodeleste y Megaleche. Estos dos últimos aun sin programas crediticios paralelos han logrado sus objetivos de mejorar la rentabilidad del campo.
Si bien el crédito es importante, sin las ofertas tecnológicas adecuadas no es tan efectivo. El crédito supervisado es la herramienta que puede sacar al campo de su letargo e impulsar un verdadero desarrollo agrícola que mantenga el hombre apegado a la tierra; que el campo se vea como nueva frontera para inversiones. Crédito sin apoyo técnico puede mejorar la producción pero no garantiza la sustentabilidad y menos la sostenibilidad.
El pasto es el alimento más barato y abundante, en el país más de la mitad de los pastizales están ocupados por especies nativas o naturalizadas menos productivas y nutritivas que las especies mejoradas. La renovación de potreros con especies de alta productividad, acompañadas de buen manejo, es uno de los pilares en que se debe apoyar la ganadería nacional.
Los pastos por si solos no cubren los requerimientos nutricionales de los rumiantes y constituyen malas opciones para alimentar animales monogástricos. La búsqueda de estrategias de suplementación, con los recursos propios que se generan en las áreas para una adecuada producción de leche y carne, debe ser parte de la política nacional de desarrollo ganadero.
Para relanzar la ganadería nacional no basta con sembrar pastos mejorados, que desaparecen antes de los 5 años dominados por malezas si no se fertilizan y manejan adecuadamente. Hace falta introducir profundas transformaciones a la producción pecuaria nacional como las que brinda la siembra y conservación de especies arbóreas y arbustivas dentro de los sistemas ganaderos.
El ganado necesita sombra, sin embargo, una alta proporción de las fincas ganaderas del país tienen pocos árboles, aun en potreros de mucha extensión; esto en parte, por la falsa creencia de muchos ganaderos de que el ganado come menos cuando tiene sombra, además creen que la sombra limita el crecimiento del pasto. La sombra aumenta el contenido de proteínas en 3 a 5 unidades porcentuales, la digestibilidad en 5 a 7 unidades y aumenta el rendimiento en la época seca, cuando más se necesita.
Si se mejora el manejo de potreros con más divisiones, con el auxilio de cerco eléctrico o con cercos convencionales, la situación se complica más porque quedan muchos potreros o vasos desprovistos completamente de sombra. El ganado lechero es más susceptible a las altas temperatura y humedad que se registran en las zonas ganaderas del país.
A mayor producción de leche la vaca genera mayor carga de calor, los árboles son los mejores auxiliares para mejorar el confort del ganado. La menor temperatura que se registra debajo de esta cobertura natural, (2 a 3 grados centígrados menos), ayuda a disminuir el estrés que deprime el apetito y el consumo voluntario y contribuye a reducir los efectos negativos del cambio climático, compromiso que el país ha asumido ante las demás naciones.
Nuestras vacas se comen 12 a 13 kg de materia seca por día, las de clima templado se comen 18 a 20. Los forrajes de clima templado contienen más proteína y menos fibra, lo cual aumenta significamente la digestibilidad y el consumo, pero además el clima fresco no les produce estrés. No es posible cambiar el clima pero se puede mejorar el ambiente para los animales.
Los sistemas agroforestales pecuarios, árboles y pastos con el ganado, aplicados en Colombia, Brasil y otros países tropicales, son una opción que ha demostrado mejorar significativamente la rentabilidad de los productores. Es la mejor opción para diversificar la ganadería y para reducir las emisiones de metano hasta en 40%; los rumiantes producen 23 % del metano global.
En el país hay varias fincas que son ejemplo de este mejoramiento; además de las conveniencias ambientales, el aumento de la fertilidad de los suelos, diversificación del ingreso, mayor creación de empleo, mejor oferta forrajera y otras ventajas que estos sistemas ofrecen para el ganado, la producción de madera ayudaría a reducir el gasto de divisas que en este renglón es considerable.
Enda Dominica ha introducido un mejoramiento en los sistemas silvopastoriles con la inclusión de bancos de proteínas de doble piso. En un proyecto que se ejecuta con auspicios de la Barrick Gold, en la zona de influencia de esta empresa, se han establecido sistemas silvopastoriles en los que además del componente pasto y árboles se añaden bancos de proteínas de doble piso con especies arbustivas, más leguminosas herbáceas como cobertura.
Las especies forestales que más se han sembrado son: teca, melina, cedro, samán, caoba hondureña y Acacia mangium. El cedro es una de las especies preferidas por los ganaderos, por la alta demanda de la madera y porque al ganado no le gusta el follaje de esta especie y es más fácil preservarla en pastoreo. Los productores siembran en los linderos o en el potrero entero, con distancias de siembras que no entorpecen el crecimiento del pasto en el futuro.
Las dificultades para obtener permisos de corte quedaron en el pasado a partir del Programa Quisqueya Verde. El Ministerio de Medio Ambiente los otorga con facilidad y provee gratis plántulas de la mayoría de estas especies, las cuales tiene disponibles en sus viveros a nivel nacional.
Las plantaciones tienen múltiples mercados: madera, leña, carbón y en los últimos años se ha desarrollado una alta demanda de estos árboles para producir viruta y quemar en calderas industriales como biomasa – combustible. Los precios que pagan compiten con los de los procesadores tradicionales de madera. La rentabilidad de la producción de madera es superior a la de la ganadería, la entrada de los productores a este negocio es conveniente para el país y para las empresas.
Es recomendable que los ganaderos se conviertan en ganaderos agricultores, que además de árboles maderables o frutales, siembren forrajes de alto valor nutritivo como son las leguminosas, que fijan nitrógeno del aire, y las arbóreas y arbustivas forrajeras que extraen nutrimentos de profundidades de los suelos a las que no llegan las raíces de los pastos que se cultivan tradicionalmente.
Algunas de estas especies no son leguminosas, pero tienen hongos micorrizos asociados al sistema radicular, que le facilitan la extracción de fósforo y otros nutrimentos de suelos con bajos niveles en estos elementos. El fósforo, el macro nutrimento más caro, escasea en la mayoría de los suelos del país. Las no leguminosas contienen menos sustancias antinutricionales que las leguminosas y mayor digestibilidad.
En las últimas décadas ha habido un aumento significativo en las enfermedades del ganado reglamentadas por el organismo oficial de Sanidad Animal de la Dirección General de Ganadería: brucelosis y tuberculosis.
El Gobierno ha facilitado recientemente recursos a la Digega para enfrentar esta situación. Sin embargo, no se le debe dejar todo al Estado, los líderes de las organizaciones ganaderas y productores asociados, con la orientación técnica de las instituciones involucradas, deben comprometerse a contribuir al control estricto de las enfermedades reglamentadas por el organismo oficial de Sanidad Animal.
Este, además, debe dar soporte y asesoramiento para el control de las enfermedades que afectan la reproducción animal tales como rinotraqueitis infecciosa bovina (IBR), leptospirosis bovina, tricomoniasis, neosporosis, campilobacteriosis y otras que diezman la economía de los hatos lecheros, así como el reforzamiento de los programas de control de parásitos internos y externos.
La producción promedio de leche en el país es muy baja, menos de 5 litros diarios por vaca debido principalmente a alimentación deficiente y genética inadecuada. Se debe aprovechar la capacidad instalada en el país de laboratorios públicos y privados que venden preñeces a través de trasplantes de embriones de alta calidad genética con razas y cruces que prefiera el productor, preferiblemente que se adapten a las altas temperaturas y humedad que se registran en el país. Además, se deben reforzar los programas de inseminación artificial.
En el caso del ganado de carne, las razas o sus cruces a emplear, deben ser capaces de reproducirse y desarrollarse en corto tiempo, de tal manera que un novillo pueda llegar al matadero entre 400 y 450 kg de peso vivo con edad entre 24 y 36 meses. De esta manera contribuimos a aumentar los beneficios de la finca y a disminuir los gases de efecto invernadero que deterioran el medioambiente.
Motivar a que productores de carne conviertan sus hatos a doble propósito es una de las vías de aumentar la producción nacional de leche. Fue una de las principales estrategias que utilizo Prodeleste para impulsar la ganadería de esa región y del país.
La utilización de semen sexado, tecnología que ya aplican algunas fincas dominicanas, permitiría acortar el tiempo para lograr un aumento significativo en la producción nacional de leche. Serenísima, empresa procesadora de leche argentina, acaba de iniciar un programa de apoyo a productores en el que les subsidia 30% del costo de este tipo de semen a sus clientes.
Este es un buen ejemplo de lo que debe hacerse aquí, la empresa privada apoyando a los productores con inversiones puntuales para mejorar sus negocios. No debe dejarse toda la carga al estado y a los mismos productores.
Una de las limitantes principales que tienen los productores de leche en la actualidad es el costo de energía eléctrica para el ordeño mecánico, el enfriamiento de la leche, le extracción del agua de los pozos, la iluminación para el área del ordeño y las viviendas de los trabajadores. La factura eléctrica mas el gasto en combustible para los generadores de emergencia encarece sensiblemente esta actividad
Hacer un estudio a los sistemas de ordeños, enfriamiento, bombas y demás equipos que poseen las fincas es el primer paso para hacer los cambios a equipos eficientes los cuales logran un ahorro significativo en los consumos eléctricos y de combustibles.
La gran mayoría de las fincas tienen equipos obsoletos con mucho uso lo cual genera desgastes. Casi todas usan refrigerante R-22 el cual está prohibido por los efectos nocivos a la capa de ozono y a la propia salud. Esto unido a la energía eléctrica monofásica la cual necesita capacitores de arranque, dispositivo este que siempre se está dañando cuyo valor hay que sumarlos al costo de operación.
El cambio de unidades a equipos de alta eficiencia con compresores en espiral (scroll), variadores de frecuencia, utilizando equipos trifásicos, es recomendable. Se pueden lograr ahorros de energía del orden de 40%.
Se debe producir energía eléctrica a partir de las diferentes fuentes alternas que existen: solar, eólica, gas natural, biomasa, biodigestores, etc. Todas son favorables para el ahorro, sin embargo, la energía solar es de las más amigables para el ambiente, es económica y fácil de instalar, los mantenimientos son mínimos y el rendimiento está muy por encima de los demás sistemas.
Una de las limitantes principales que tienen los productores de leche en la actualidad es el costo de enfriamiento, necesario para preservar la calidad de los productos lácteos y la carne. La factura eléctrica mas el gasto en combustible para los generadores de emergencia, encarecen sensiblemente esta actividad.
Con paneles solares e inversores interconectados al sistema eléctrico nacional, se puede literalmente anular la factura eléctrica para el enfriamiento de la leche y cubrir todas las necesidades energéticas de la finca si la misma esta en zona con circuito de 24 horas.
En sistemas aislados, o donde el servicio de energía eléctrica sea muy deficiente, hay que emplear baterías en algunos casos para acumular energía durante las horas de luz. Para el caso del bombeo de agua, este se puede realizar directamente por medio de la energía producida por los paneles fotovoltaicos.
Hay financiamiento disponible en el Bagrícola, Banreservas y en Conaleche para los productores a tasas y plazos convenientes. Con inversión propia el sistema se amortiza en 3 a 4 años en la mayoría de los casos, con financiamiento en 6 a 7 años. Los paneles tienen garantía de los fabricantes de 25 años.
La opción de biogás es más difícil para los productores de bovinos, aun en los casos de estabulación completa, por el tipo de estiércol que producen estos animales que requiere tratamiento especial.
La estabulación completa o la semiestabulación aumentan el costo de producción. Lo más aconsejable es el pastoreo intensivo para producir más leche y carne por unidad de superficie a menor costo, aunque se acumule menos estiércol en establos y corrales.
La energía solar puede utilizarse para el suministro de agua en las fincas y para sistemas de riego. En el mercado nacional hay bombas diseñadas para ser utilizadas con energía solar y con algunas modificaciones las existentes en algunas fincas pueden operar con sistemas solares.
Los cercos eléctricos, con un panel fotovoltaico y una batería, son la opción más económica para división de potreros, porque con una o dos cuerdas de alambre liso, mas barato que el alambre de púas, es suficiente en vez de las 3 a 4 cuerdas tradicionales; también hay un ahorro importante en postes y mano de obra de instalación y mantenimiento.
El agua para el ganado es una de las principales limitantes en la producción nacional bovina. Hay una alta mortandad de ganado durante la época seca, atribuible a la sed que pasan los animales, que los atrapa debilitados por la carencia de forraje, con la agravante de que el pasto disponible es de muy baja calidad.
Una de las limitaciones principales que se observa en la mayoría de las fincas dominicanas es la falta de conciencia de las buenas prácticas ganaderas. Se refleja en la ausencia de agua de calidad para el ganado, en el lavado de los utensilios e higiene del personal así como en la falta de planes, registros y controles en los procesos de producción, mal estado de las instalaciones, manejo de desechos inadecuado, etc.
El Gobierno Dominicano ha iniciado programas y promovido la aplicación de Buenas Prácticas Ganaderas, sin embargo, no ha tenido el impacto que se requiere, pues no ha estado acompañado de incentivos; uno de ellos podría ser a través del crédito de la banca oficial.
En Colombia la certificación de Buenas Prácticas Ganaderas que da el Estado va acompañada de un subsidio directo en el precio de la leche y de la carne. Para que se logre en el país, habría que hacer algo similar.
Actualmente, la Certificación en Buenas Prácticas Ganaderas que ofrece el Estado, a través del Programa Maspymes, ha sido un inicio de ofrecimiento de este cambio de conciencia en los productores. Sin embargo, debería ir acompañada paralelamente de un programa de capacitación en Gestión al Cambio, para dar apertura mental hacia estos nuevos hábitos que traerán la garantía de que los productos finales, carne y leche, lleguen a la cadena de distribución y a los consumidores con la inocuidad requerida.
Es importante que los dominicanos al igual que los turistas reciban productos sanos. Si queremos seguridad y soberanía alimentaria, fortalecer el consumo nacional y las exportaciones, este es uno de los caminos seguros y obligatorios a recorrer.
Debemos estar preparados cuando entren en plena vigencia los acuerdos de libre comercio que ha firmado el país, donde se habrán eliminado todas las protecciones arancelarias los productos del agro. Los consumidores podrán elegir en igualdad de condiciones los productos que deseen.