Brasilia, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Con la propuesta de ampliar los programas sociales, emprender una reforma política y reforzar el combate a la corrupción, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue reelecta ayer en el cargo en la segunda vuelta de los comicios.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), alcanzó 51,54 por ciento al contabilizarse el 98,82 por ciento del escrutinio, tras una intensa y reñida campaña electoral, en la cual se registraron momentos lamentables, en los que el nivel no fue muy alto.
Se trató de elecciones tradicionales en la cual no se enfrentaron solo dos rivales políticos, sino también dos proyectos opuestos: el del PT que garantiza los avances sociales y el desarrollo, y otro de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que en el pasado causó desempleo y salarios bajos.
La candidatura de la mandataria estuvo sustentada por los cuatro años de gobierno, período durante el cual se crearon nuevas fuentes de trabajo, se elevó la paga mínima y se construyeron millones de viviendas para personas de bajos ingresos, a pesar de la crisis internacional.
Para Rousseff, esta reelección representó la continuación de las mudanzas conquistadas en los últimos 12 anos de administración del PT, con programas como Bolsa de Familia, con el aumento en un 71 por ciento del salario mínimo y la generación de más de 21 millones de puestos de trabajo.
En este período 36 millones de brasileños salieron de la pobreza extrema y como principal prioridad para el nuevo mandato de otros cuatros años aparece mejorar la enseñanza a todos los niveles en Brasil.
Con la promesa de lograr más avances en la economía y los sectores sociales, la primera mujer en lograr en 2010 la presidencia del país apuesta por una mejor educación para asegurar la competitividad y lograr disminuir la desigual distribución de las riquezas.
La reelecta gobernante planea igualmente intensificar el combate contra la corrupción con el fortalecimiento de las instituciones de control y la aprobación de una legislación que acabe con la impunidad.
En este sentido, se pronuncia por impulsar una reforma política, que elimine la financiación de las campañas políticas por los empresarios y crear las condiciones para un nuevo ciclo de desarrollo económico.
Brasil cambio en los últimos 12 años y vamos seguir en este camino, destacó la jefa de Estado.