Economía

México, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Las secuelas del caso Iguala, en el estado mexicano de Guerrero, donde 43 estudiantes normalistas fueron asesinados e incinerados, inciden hoy negativamente en la industria turística de Acapulco, uno de los principales destinos del país.

Ese puerto del Pacífico resiente una caída del 60 por ciento, según Joaquín Badillo, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana en ese municipio guerrerense.

La víspera tuvieron lugar dos incidentes violentos en la ciudad, donde familiares y compañeros de los normalistas asesinados de la escuela rural de Ayotzinapa protagonizaron acciones de protesta.

Durante varias horas los manifestantes mantuvieron bloqueado el acceso al aeropuerto internacional de Acapulco, hasta que fueron desalojados con fuerza por elementos de la policía federal.

Antes, agentes antimotines les impidieron el paso en una avenida de esa urbe portuaria, lo que provocó un enfrentamiento que dejó a 18 efectivos lesionados.

Los familiares y estudiantes de Ayotzinapa reclaman al gobierno pruebas científicas de la suerte corrida por los 43 normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre pasado, y ultimados por miembros del cartel Guerreros Unidos en contubernio con policías municipales de Guerrero, según confesiones de detenidos en manos de las autoridades federales.

También exigen que se haga justicia a profundidad, algo en lo que se ha comprometido el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, quien esta semana cumple fuera del país compromisos internacionales en China y Australia.

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