Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El nombre del presidente estadounidense, Barack Obama, no figurará en las boletas mañana, pero sus políticas sí, un hecho que muchos republicanos pregonan y algunos demócratas esperan minimizar, comentó el diario The New York Times.
La opinión del influyente rotativo aparece un día antes de las elecciones de medio término, en las cuales no pocos observadores vaticinan un posible triunfo de los republicanos en el Senado, con lo que controlarían las dos cámaras del Congreso durante los dos años que le restan a Obama en la Casa Blanca.
«El presidente no es particularmente popular en este momento», subrayó el columnista Charles M. Blow en su artículo Blacks, Obama and the Election (Negros, Obama y la Elección).
Según el editor jefe de la compañía consultora Gallup, Frank Newport, el índice de aprobación del trabajo del mandatario es de apenas 42 por ciento, el segundo más bajo para un presidente antes de las elecciones de mitad de período desde 1982 (Ronald Reagan). Antes está el 38 por ciento que logró en 2006 George W. Bush.
El surgimiento y propagación del Estado Islámico, el conflicto de Ucrania, la respuesta federal a la crisis del ébola en África occidental y el pánico dentro de Estados Unidos, son asuntos que han dañado la popularidad de Obama.
También influyeron la crisis de los niños inmigrantes de Centroamérica interceptados al cruzar la frontera sur, así como los escándalos del Servicio Secreto, el Obamacare (ley de salud) y el atentado en la ciudad libia de Bengasi, son aristas por donde los republicanos han atacado para denunciar los «horrores de un Washington, que está mal administrado».
Y en su propaganda de un gobierno ineficaz, y en última instancia peligroso, hay un rostro: el de Obama, precisó el periódico al destacar que otros creen también que hay algo más en juego, de manera implícita o explícita: la raza.
Recordó que la semana pasada, en un espacio de la cadena NBC se le preguntó a la senadora demócrata Mary Landrieu, de Louisiana y con una carrera a la reelección apretada, por qué es difícil para Obama su estado.
Una de las razones que dio la legisladora fue la siguiente: «Voy a ser muy, muy honesta (…) El Sur no siempre ha sido el lugar más agradable para los afroamericanos».
El propio Obama le dijo a The New Yorker en enero que no tenía dudas de que a algunas no les gusta la idea de un presidente negro.
Ahora el gobernante está jugando la carta de los afroamericanos «en un último esfuerzo para ayudar a los demócratas» para que mantengan el control del Senado, señaló el columnista.
Por eso los demócratas necesitan que ese sector salga a votar en forma masiva no solo en Louisiana, sino también en Carolina del Norte, Georgia, Arkansas y Kentucky. También será importante en elecciones para gobernador en Arkansas, Maryland, Michigan, Georgia y Carolina del Sur.