El pasado sábado primero de noviembre de este año 2014, se cumplió el decimotercer aniversario de la muerte de Juan Bosch. El segundo partido que fundó el maestro político dominicano y de América, de todos los tiempos el PLD, ha gobernado por espacio de catorce años al pueblo dominicano y el autor de esta columna, en principio, está convencido que en el porvenir inmediato estamos obligados, por la existencia misma de nuestra patria a seguir gobernando la nación, que es tal vez uno de los pueblos que más ha luchado en la historia contemporánea, por mantener vivo los perfiles de su personalidad, resumida en el reconocimiento que Fidel Castro Ruz nos ha hecho al llamarnos ¡Pueblo legendario, veterano de la historia y David del Caribe!
En el modesto aporte que hemos realizado por la vigencia de la verdad histórica, resumido en el libro publicado con el título de “Orígenes históricos y fundación del PLD”, editado en noviembre del 2009, dijimos: “A la memoria de Juan Bosch, gran Maestro político dominicano y de América. Guardián tutelar y presidente Moral Eterno de nuestro pueblo. A mis compañeros, decididos, valientes y activos, que acompañaron a Juan Bosch en este esfuerzo sin precedentes en la historia política dominicana, y particularmente a mis compañeras que han sido expresión hermosa y solidaria del valor y firmeza de la mujer dominicana en la fundación, construcción y desarrollo de nuestro Partido”.
Y dejamos constancia en las páginas de esa publicación de lo que ha sido realmente el pensamiento político del Maestro, que dió origen entre otras cosas a su extraordinaria tesis llamada “Dictadura con Respaldo Popular”, que a su vez generó con el transcurso del tiempo, en la práctica, la teoría del “Boschismo”, que es la interpretación científica que el Maestro dió en el orden político de lo que era fundamental para el PLD, creando las bases, más que bases cimientos sólidos, profundos, inamovibles, del presente y el porvenir de nuestro pueblo. Que preocupado nos sentimos, al contemplar la conducta irresponsable, superficial, frívola, absurda, con que algunas compañeras y compañeros están planteando públicamente diferencias que deben ser discutidas y resueltas en el seno de los organismos del Partido. En la realidad de los hechos es inaceptable ese comportamiento que arrastra por un camino totalmente equivocado, a esta organización que Juan Bosch concibió, fundó y organizó para que fuera propiedad absoluta y única de nuestro pueblo.
Actuar contrario a los principios que enseñó Juan Bosch, es más que una equivocación un acto de traición, no solamente a aquella figura admirable, valiente, responsable que lo dió todo a cambio de nada, más que la satisfacción intima de servirle a la República concebida y fundada por Juan Pablo Duarte, sus compañeros republicanos, anticolonialistas y revolucionarios; ratificada después a sangre y fuego a partir del 16 de agosto del 1863, y más tarde en un acto de valentía y firmeza que conmovieron al mundo, a partir del 28 de abril del 1965, contra las fuerzas interventoras y abusivas de los Estados Unidos de América. ¡Juan Bosch siempre: Su conducta como patriota y líder lo convirtieron en un símbolo hermoso de dignidad nacional y ejemplo que debe ser imitado por las generaciones presente y futuras de la Patria e Hispanoamérica!