Opinión

Los países que compiten por el turista, se han visto en la necesidad de desarrollar nuevos productos e ir sacando valores añadidos a cualquier elemento que pudiera resultar atractivo para las personas que suelen planificar vacaciones año tras año.

Esta competencia entre países ha hecho que los vacacionistas dispongan cada vez más de servicios, haciendo que estos dispongan de mayores presupuestos a la hora de planificar sus vacaciones. La diversificación de la oferta turística ha dado como resultado la especialización del turismo por tipo de área o nicho y por eso escuchamos hablar de turismo deportivo, de aventura, medicina, cultural, de negocio entre otros.

Hoy día los países que tienen como soporte económico o sus economías tienen cierta dependencia de esta actividad, suelen recurrir a múltiples cosas para atraer a los turistas y vemos como en sus promociones destacan atributos culturales, gastronómicos, históricos, religiosos, la ideología política y su consecuente estilo de vida, la flexibilidad de sus legislaciones, que en algunos casos permiten el comercio sexual y de sustancias psicotrópica y cualquier otra característica que ellos entiendan puede atraer al vacacionista.

Esta permanente competencia entre países hace que las naciones dedicadas al turismo deban de mantener una estrategia permanente de investigación y desarrollo I+D, que les garantice la posibilidad de tener un producto turístico acorde con lo que demanda el vacacionista de hoy día y analizar las posibilidades y potencialidades que tiene su nación.

La República Dominicana está en el grupo de los países que compiten por la visita de turistas, teniendo una oferta turística altamente concentrada en playa y sol, lo cual tiene un grado de lógica dada la posición geográfica de nuestra nación. Sin embargo esa situación representa una limitante y genera vulnerabilidad para nuestra actividad turística.

Es evidente que la variedad en la oferta generará mayor flujo de personas y un público mayor, ya que los visitantes encontraran diversos motivos para visitar el país, lo que dará como resultado la captación de nichos especializados en diferentes áreas del turismo, fortaleza de la oferta y oportunidades de llegar a nuevos públicos que no necesariamente salen a buscar la playa y el sol.

La competencia entre países ha hecho que surjan nuevos nichos turísticos de diferentes naturaleza, y hoy existen múltiples especialidades que van desde turismo medico, de montaña, deportivo, aventura, científico, de convenciones, de negocios y otras especializaciones o atractivos del área turística que dependerán de ciertos aspectos relacionados con la nación que se visite; y es por esto que al revisar los ofrecimientos de naciones encontramos atractivo culturales, gastronómicos, mitológicos, arquitectónicos, históricos, de ideologías políticas y hasta flexibilidad legislativa ante aspectos como el sexo y las drogas.

El otro aspecto a tomar en cuenta es la vulnerabilidad del turismo, la cual puede estar atada a factores de estabilidad social, económica o climática. Al hablar de la vulnerabilidad climática debemos recordar la amenaza que se cierne sobre la humanidad, sobre todo los países insulares, que según los pronósticos más conservadores podrían perder gran parte de sus playas, provocado por la elevación de los mares, fruto del calentamiento global.

Según el panel intergubernamental de cambio climático IPCC, para el año 2100 el nivel del mar podría crecer cuatro veces más de lo que creció desde 1900 al año 2000, pudiendo alcanzar unos 80 centímetros más de lo que es el nivel hoy día, esto significa que los lugares más bajos, con relación al mar, podrían verse ocupado por las aguas marinas, generando un impacto en la flora y fauna de muchas naciones; esta subida del nivel del mar nos arrebataría parte de nuestras playas, afectando parte importante del producto turístico de nuestra nación.

El congreso mundial de parques de la UICN que se celebre del 12 al 19 de este mes en curso, plantea la necesidad de proteger las áreas naturales de mayor importancia del planeta, búsqueda de soluciones inspiradas en la naturaleza, la protección de por lo menos el 17% de la superficie terrestre y 10 % de la marina, lo que evidencia una tendencia a proteger lugares del planeta con fines de conservar el patrimonio natural y cultural del planeta.

La tendencia mundial a proteger mayores áreas y la pérdida de costas por el aumento del nivel del mar como consecuencia del cambio climático nos obligan a desarrollar nuevos atractivos turísticos, y para eso nuestro país cuenta con un tesoro inexplorado, nuestras áreas protegidas, que espera para ser aprovechado de una manera sostenible y que garantice los recursos económicos para la gestión de las mismas y la mejoría de las vidas de las poblaciones cercanas a ellas.

Hoy día existen gran cantidad de trabajos que evidencian la posibilidad de aprovechar de forma sostenible las ares protegidas, desde el surgimiento del término “Desarrollo Sostenible” en el informe Brundtland del año 1987 hasta estudios como el de Reck G., Bustos W. 2008. “Revisión y determinación de la carga aceptable de la red de sitios de visita ecoturísticos, actualización del sistema de monitoreo turístico y ordenamiento del sistema de itinerarios del Parque.

Nacional Galápagos”. Galápagos-Ecuador. Documento sin publicar, han demostrado que las áreas protegidas se pueden aprovechar y que es posible medir la carga que estas permiten.

Nuestro país debe de iniciar un proceso que realice acciones tendentes a desarrollar el “Turismo de Áreas Protegidas” y “turismo en áreas protegidas”, dos nichos diferentes estos, que sea capaz de garantizar la generación de recursos que sirvan para gestionar nuestros espacios con protección especial, mejorar la calidad de vida de quienes viven en sus alrededores y que muy especialmente que garantice la conservación del patrimonio natural y cultural de nuestro país.

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