En su mensaje por el Día Mundial de la Lucha contra el Sida que se celebra este lunes, el Secretario General de Naciones Unidas (ONU) afirmó que acabar con esta epidemia para 2030 requiere un enfoque integrado que englobe la justicia social, la democratización de la ciencia, la igualdad de género y un tratamiento de la salud centrado en las personas.
Ban Ki-moon indicó que se necesita superar la brecha entre la prevención y el tratamiento que persiste en muchas regiones del mundo.
Según cifras de la ONU, actualmente hay alrededor de 35 millones de seropositivos, pero 19 millones de ellos no lo saben. De total de contagiados unos 3 millones son niños.
Mientras que el director ejecutivo del Programa Conjunto de la ONU contra el VIH-Sida (ONUSIDA, Michel Sidibé, aseguró que son necesarios más esfuerzos por alcanzar a los grupos más vulnerables porque la epidemia podría reactivarse hasta ser imposible de erradicar.
“Gracias a la solidaridad mundial, la movilización social y el activismo de la sociedad civil, juntos hemos logrado transformar la tragedia en una oportunidad. Hemos sido capaces de romper la confabulación del silencio, de reducir el precio de los medicamentos y de quebrar la trayectoria de la epidemia de sida. Y eso ha salvado millones de vidas”, dijo Sidibé.
Afirmó que hay un breve plazo de cinco años para llegar a las personas que están siendo dejadas de lado, cuyos derechos se han negado: mujeres adolescentes y jóvenes, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, migrantes, presos, trabajadores sexuales y personas que se inyectan drogas.
“Para ello hemos de velar por el fortalecimiento de los sistemas de salud para contar con los servicios esenciales necesarios y debe apoyarse a la sociedad civil para que pueda seguir desempeñando su vital tarea”, manifestó.
Entretanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó nuevas directrices que recomiendan tratar con antirretrovirales a aquellas personas que hayan estado accidentalmente expuestas al virus VIH.
Recordó que hay grupos de personas que están en riesgo de contraer el sida, pero pueden ser conscientes del contagio y, por lo tanto, capaces de intentar evitar contraer el virus «a posteriori», lo que se conoce como «profilaxis tras exposición».
En este grupo de personas se incluirían los trabajadores sanitarios o las víctimas de una violación. Se ha demostrado que tomando antirretrovirales de forma constante, el riesgo de contagio desciende un 92 por ciento.