Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El director de la CIA, John Brennan, admitió los errores cometidos por esa agencia en el anterior programa de interrogatorios y abogó por acabar el debate sobre las brutales prácticas denunciadas en el Senado esta semana.
Sin embargo, sostuvo que los líderes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) están «fundamentalmente en desacuerdo» con el reporte presentado por la senadora demócrata Dianne Feinstein, el cual plantea la inutilidad de las supuestas técnicas avanzadas empleadas para obtener información.
Brennan aseguró que se obtuvo «información de inteligencia muy valiosa», algo que contradice al mencionado informe de 480 páginas, que resume una investigación secreta de unas seis mil 300 páginas y 35 mil notas al pie.
El jefe de la CIA dijo que dejará a otros poner etiquetas a estas actividades amparadas por «la guerra contra el terrorismo» impulsada por George W. Bush.
«Para mí fue algo lamentable», dijo Brennan desde el cuartel general de la agencia de espionaje.
Un editorial de The New York Times catalogó el sumario presentado en el Senado -una suerte de Caja de Pandora previamente expurgada por la propia CIA- como «un retrato de depravación difícil de comprender y aun más difícil de digerir».
El texto da cuenta de supuestas estrategias avanzadas consistentes en ahogamientos simulados (submarino o waterboarding), ataques sexuales, hidratación y alimentación rectal, privación del sueño y otras acciones dirigidas a obtener información, que resultaron inefectivas y muy mal implementadas.
Indica el reporte que «en muchos casos las más agresivas técnicas fueron usadas inmediatamente, en combinación y sin parar».
Incluso Obama -quien ciertamente ordenó cerrar este programa a inicios de su mandato- se vio obligado a admitir la víspera que las torturas no ayudaron en la lucha contra el terrorismo y que el maltrato a detenidos genera «un daño significativo a la posición de Estados Unidos en el mundo».