Opinión

Hoy es 22 de diciembre de 2014, en que esta columna está en la obligación de recordar un hecho de carácter histórico ocurrido el 19 de diciembre de 1965. Ese día en Santiago, una numerosa y representativa delegación encabezada por el coronel Francisco Caamaño Deñó, ex presidente Constitucional de la República en Armas, asistió al Cementerio Municipal de esa ciudad a rendir homenaje al coronel Rafael Fernández Domínguez, fundador y organizador del Movimiento Militar Constitucionalista, que a partir del 24 de abril de ese año, había encabezado un audaz acontecimiento como fue derrocar al gobierno de facto, corrupto, irresponsable y entreguista, que dirigía la nación desde el 23 de septiembre de 1963, cuando fue derrocado el gobierno Constitucional presidido por el profesor Juan Bosch. Allí en el cementerio la numerosa comitiva fue atacada con armas de fuego, de largo alcance, por soldados de la Fuerza Aérea Dominicana.

Es necesario recordar esa criminal agresión, auspiciada y dirigida por el general Bruce Palmer, jefe militar estadounidense de la llamada Fuerza Interamericana de Paz que había ocupado el país por mandato expreso del presidente Lyndon Johnson. La comitiva se trasladó de manera inmediata al Hotel Matún y allí se dio inicio a partir de las nueve y media de la mañana, de un episodio memorable que no tiene precedentes en la historia contemporánea de Hispanoamérica. Sin importar la presencia en ese hotel de cientos de personas, mujeres, niños, ancianos, los atacantes perseguían el objetivo de dar muerte al coronel Caamaño y a las personalidades más representativas que integraron el gobierno que él con tanta dignidad y valentía había encabezado. El rechazo de las fuerzas militares dominicanas que nos atacaron a los que allí estábamos, resultó una derrota vergonzosa, aplastante, que de acuerdo a lo que afirmó al coronel Caamaño Deñó, en presencia del autor de esta columna, el coronel Costa, militar estadounidense que estaba al mando de las tropas de Estados Unidos, que se trasladaron a intervenir en ese hecho, había ocasionado cerca de cien muertos y más de treinta heridos al contingente de la Fuerza Aérea Dominicana.

El otro hecho de extraordinaria importancia histórica también, que debemos comentar hoy es la decisión del gobierno de los Estados Unidos de América que encabeza el presidente Barack Obama, de iniciar relaciones diplomáticas con el gobierno Revolucionario de Cuba, que preside el general Raúl Castro Ruz. En términos del tiempo transcurrido, en el orden político es una victoria para el pueblo cubano, tan digno, valiente y responsable que ha sobrevivido con admirable conducta a una agresión que según el presidente Obama ha estado vigente por “50 años de aislamiento que no han funcionado en Cuba”. En la realidad de los hechos es otra dolorosa derrota para una decisión que ha sido y será criticada amargamente por los ciudadanos estadounidense de origen cubano que han demostrado una agresiva, abusadora y ruin influencia en ese disparate político, que ha perjudicado a la economía cubana, desde que se impuso el embargo por una suma US$1,1 billones, y que arrastró al basurero de la historia la cantidad de once presidentes de la nación más poderosa del mundo: ¡Viva Cuba, ahora, mañana y siempre, como ejemplo de dignidad, valentía y patriotismo!.

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