A más de dos años de las elecciones presidenciales, congresionales y municipales en la República Dominicana, una gran cantidad de dirigentes políticos y comunitarios han montado campañas por los cargos que se elegirán en el año 2016, notándose con más fuerza en las provincias con poblaciones más pequeñas, debido a la creencia de que es necesaria una menor cantidad de votos para lograr una senaduría, una diputación o una alcaldía.
La propaganda, promoción y publicidad presidencial se siente en cada rincón con una gran variedad de recursos gráficos, como afiches, calcomanías, vallas, gorras, camisetas, Etc.; lo que sumado a las campañas locales está produciendo una gran contaminación visual, reflejando además que la mayoría tienen poco cuidado en el estilo e imagen corporativa de las organizaciones o partidos que representan.
El desorden en la imagen habla del tipo de organización que representan o la falta de vigilancia a normas institucionales, contrario a lo que ocurre con las grandes marcas de productos comerciales o gubernamentales, que cuidan con celo estricto el respeto a sus códigos de comunicación. Por ejemplo, con sólo ver el logo de una marca sabemos si es o no de buena calidad. Las facilidades tecnológicas y la proliferación de suplidores informales en publicidad gráfica facilita que los aspirantes diseñen sus proyectos muchas veces en la misma imprenta o taller de impresión digital –sin dejar de mencionar que algunos tienen muy buenos diseñadores-. Otros han ido tan lejos que han hecho sus spots de televisión con sus celulares. La mayoría desconoce que para iniciar una campaña lo ideal es hacer lo mismo que haría alguien que piense construir un edificio: básicamente organiza su documentación legal con un abogado, diseña la obra con un arquitecto y busca un ingeniero para su realización.
En la publicidad política muchos empiezan al revés y montan vallas con slogan sacado de su cabeza y rompiendo con los conceptos básicos de la imagen corporativa de la organización que le servirá de sombrilla. Se tiran la fotografía ellos mismos o en un estudio cercano y posan con ropas de su gusto, las que recomienda su familia o a un amigo.
“Zapatero a sus zapatos” dice el refrán y les cae muy bien a los aspirantes políticos que buscan economizar dinero exponiéndose a ser menos efectivos o hacer el ridículo. La Línea Gráfica no es más que una parte del armazón del marketing, como instrumento de la publicidad, y es ella la que define el estilo de la fotografía y su composición, manejando correctamente el famoso retoque de Photoshop, que tanto daño hace cuando se exagera o no se aplica adecuadamente.
Lo ideal es empezar por la investigación de mercado para saber lo que la gente quiere ver o escuchar, sus necesidades y sus aspiraciones, pero este proceso se reserva para los que tienen mucho dinero o para los cargos presidenciales, senadurías, alcaldías de grandes ciudades y diputaciones. Aun así, en este país la mayoría de aspirantes quieren “oreja” de encuestas que hacen otros.
La Línea Gráfica en como el plano para construir la imagen visual del aspirante, por lo que debería estar a cargo de técnicos que manejan los principios básicos para su aplicación. Debe buscar una conexión entre el candidato, el partido y la población, cuyo proceso tendrá un desenlace final donde la última herramienta de expresión política será una boleta llena de opciones coloridas donde el ciudadano debe llegar con una clara imagen en su consciente y subconsciente para marcar su elección.
Si se aplica correctamente, usa los colores y tipografías correctas, sin necesidad de incurrir en la monotonía visual. Puede ser creativa y moderna pero reflejando el logo o logotipo sin distorsiones que confundan. La gente vive bombardeada de imagines y ofertas constantemente, y si le complicamos la manera de recordarnos o le confundimos podríamos perder la oportunidad de fortalecer nuestra imagen como opción electiva.
Tomando como ejemplo al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que es la organización con mayor presencia gráfica en estos momentos, nos encontramos que muchas de esas piezas de publicidad no han sido diseñadas por profesionales. Por ejemplo, estamos viendo afiches o vallas con la estrella morada sobre fondo amarilla, una tremenda distorsión porque el color de este partido es morado y su estrella es amarilla como aparecerá en la boleta electoral el día de las elecciones. El partido amarillo se llama Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano (PQDC) y una estrella morada es una estrella apagada. El PLD tiene el privilegio de ser el partido que más se ha ocupado de cuidar este tema, a pesar de estos casos que vemos en este proceso, y de las campañas vigentes hay muchas muy bien diseñadas.
Hay que tener mucho cuidado con el uso del color, sus combinaciones y con el uso de modelos copiados de internet, ya que cada partido tiene una personalidad y el candidato es parte de ella, aunque sea una oferta individual. Estamos viendo diseños donde predomina el blanco, sin calcular que con esto dirigimos la memoria visual e histórica del votante al partido se identifica con ese color.
Una buena Línea Gráfica, habla del nivel de una persona o una organización. Es el diseño básico de una imagen, como parte de una correcta estrategia de comunicación.
A la velocidad que van las cosas, todo indica que las aspiraciones individuales corren a mayor velocidad que la dinámica de sus partidos, y éstos ahora tienen la necesidad de apurar el paso y retomar el tema de la formación y orientación adecuada en este tema porque, de lo contrario, tendremos un desorden de identidad visual mayúsculo.