Hablan los hechos

La segunda guerra mundial fue la culminación del enfrentamiento de las posiciones más extremas entre los planteamientos ideológicos que se habían desarrollado en el siglo XIX, como solución a la caída del antiguo régimen y el desarrollo del capitalismo como sistema económico.

Porque la realidad es que desde el punto de vista de las ideas, la lucha a muerte se produjo entre el fascismo representado por Alemania y sus aliados y el comunismo, que existía en la Unión Soviética con la expectativa de los regímenes democráticos.

A pesar de que Inglaterra fue atacada desde principios de la guerra por los nazis, se conoce de la intención de Hitler en llegar a un acuerdo con los ingleses y norteamericanos para enfrentar al enemigo común que era el régimen comunista.

Es más, en múltiples ocasiones Stalin, el dictador ruso, reclamó a las potencias occidentales la apertura del frente del Oeste, para disminuir la presión que ejercía la Wertmarch sobre el Ejercito Rojo en tierras rusas.

Al finalizar la guerra la reconstrucción de Europa era una prioridad, especialmente para los Estados Unidos e Inglaterra, que necesitaban crear una zona de contención frente a los comunistas; para ello los norteamericanos invirtieron una gran cantidad de recursos económicos a través del llamado Plan Marshall.

Sobresale en esta etapa de la historia europea, Konrad Adenauer, Canciller de Alemania entre 1948 y 1963, que a través de un nuevo partido demócrata cristiano, devolvió en pocos años la estabilidad y crecimiento a su país, revirtiendo el desastre a que fue sometido por Hitler y sus secuaces.

Este hecho marcó la expansión de esta corriente ideológica, con fuertes vínculos con los aspectos sociales planteados por las encíclicas papales desde el siglo XIX, pero que en esta etapa eran fuertemente laicos y contrarios a la participación eclesiástica en sus decisiones.

Las bases de la democracia cristiana

Los partidos demócrata cristianos plantean una salida política que es contradictoria en sí misma: la unidad entre patronos y trabajadores y al mismo tiempo defiende la diferencia de clases al no plantearse la superación de lo que los marxistas llaman una confrontación dialéctica inevitable.

Aquí hay que aclarar, que los partidos demócrata cristianos no son confesionales, es decir, a pesar de que sus ideas se fundamentan en la llamada Doctrina Social de la Iglesia, no son partidos católicos, más bien laicos que defienden la separación entre la Iglesia y el Estado.

Para los teóricos de la Iglesia Católica en el siglo XIX, el engendro del socialismo atado al ateísmo a través del materialismo dialéctico, no era mas que el resultado de la implementación del capitalismo en su forma mas cruel y negativa, con la explotación sin misericordia de los trabajadores, es por esto que se plantean una tercera vía política entre el liberalismo y el socialismo.

En términos generales la Iglesia propone una sociedad en la que se produzca una mejoría sustancial de las grandes masas de desposeídos que generó el liberalismo, sobretodo en las grandes ciudades, rechazando la teoría marxista de la lucha de clases y la estatización de los bienes de producción.

Todo se inicia dentro de la iglesia católica

Para entender a los partidos demócratas cristianos, se necesita hacer una vinculación con la doctrina que le da origen; la doctrina social de la iglesia.

En el año 1890, el Papa León XIII publica la encíclica Sapintieae Christianae, en la que pide a la comunidad cristiana que participe en la actividad política como forma de defender los derechos y deberes de la Iglesia.

A esto le seguirá la famosa encíclica Rerum Novarum en 1893, donde el punto de vista central es la crítica al capitalismo y al socialismo, proponiendo un sistema político que tome del primero la libertad propuesta por los liberales y del segundo políticas de bienestar para los trabajadores y sus familias.

Ya en 1901, ante las diferentes tendencias que se había producido dentro de los católicos frente a los planteamientos políticos del Papa, Leon XIII dictó una nueva encíclica titulada Graves de Communi (sobre la democracia cristiana), donde define a la DC como la acción social de la Iglesia dirigida a mejorar la calidad de vida de los mas pobres siempre respetando a los gobiernos e instituciones legítimamente constituidas.

Es decir, en menos de una década, y ante la confusión ideológica que caracterizaba la época, la cabeza de la Iglesia sentó las bases sobre las que se desarrollaron con posterioridad los partidos Demócratas Cristianos.

Ni Laissez Faire ni socialismo-comunismo

Quedaba claro desde entonces, que la Iglesia y sus miembros se oponían tanto a la política del Laissez Faire como al colectivismo socialista, en contraposición a esto planteaban la participación de las masas populares para mejorar su calidad de vida y la creación de una sociedad igualitaria en cuanto a las oportunidades.

Nunca pensaron los Papas León XIII y su sucesor Pio X, que las ideas que planteaban iban a dar lugar a un movimiento político, con partidos organizados y plena participación electoral, menos aún que estos partidos estaban destinados a jugar un papel fundamental en la reconstrucción de una Europa que seria destruida por dos guerras en menos de 30 años.

Sería Luigi Sturzo, quien en 1919 crearía el Partito Popolare Italiano, que se considera el primer partido político demócrata cristiano, ya que Sturzo planteaba la creación de un nuevo modelo de sociedad que, guiada desde el punto de vista político por la DC, sacara a las masas populares de su estado de miseria pero sin caer en el socialismo.

Este tipo de movimiento político se extendió por toda la Europa después de la Primera Guerra Mundial, incluso con la creación del Zemtrumspaertei (partido de centro) de Konrad Adenauer en Alemania, que sería clave en la reconstrucción de ese país después de la Segunda Guerra Mundial.

Ambos partidos, el PPI y el Partido de Centro, sería perseguidos y obligados a ir a la clandestinidad a partir de que los fascistas asumieran el poder en Italia en 1922 y en Alemania en 1933.

La tradición de la iglesia a sus principios

Desde que Benito Mussolini en Italia y posteriormente Adolfo Hitler en Alemania llegaron al poder, los partidos de ideología demócrata cristiana tuvieron fuertes enfrentamientos con ambos dictadores, ya que por principio defendían la libertad, la democracia y la pluralidad de pensamiento.

Lo mismo no sucedía en la Iglesia Católica ya que los Papas Pio XI, que gobernó la Iglesia entre 1922 y 1938 y Pio XII, cuyo papado discurrió sobre los años 1939 al 1958, cambiaron la actitud de la Iglesia y firmaron acuerdos con múltiples gobiernos de todo tipo, incluyendo algunos de los mas reaccionarios de la época, lo que validó en cierto modo la persecución a que fueron sometidos los partidos demócratas cristianos.

Lo cierto es que tanto Luigi Sturzo en Italia como Konrad Adenauer en Alemania, vieron como desde el Vaticano se les daba la espalda cuando sus partidos fueron declarados ilegales por los fascistas y sus directivos enviados a la cárcel.

El Vaticano fue un colaborador de Mussolini en Italia, llegando al extremo de apoyar el exilio del líder del Partito Populare, Luigi Sturzo, hacia Inglaterra y en Alemania los grupos mas conservadores de la Iglesia, apoyaron desde el principio un acercamiento del Papa Pio XI con el partido nazi dirigido por Adolfo Hitler.

La democracia cristiana y la iglesia católica

Sobretodo por lo sucedido en Alemania en la época de preguerra, los partidos demócrata cristianos plantearon una posición diferente a la de la Iglesia Católica y al término de esta plantearon su independencia absoluta de la voluntad del Vaticano.

El papel que jugaron los Papas frente al nazismo, la persecusión de las minorías, los asesinatos en masa y las vías que crearon algunos jerarcas de la Iglesia para el escape de los criminales de guerra Nazi, hizo que el laicismo asumiera el control de esta ideología política al término de la Segunda Guerra Mundial.

Es más, fue el propio presidente del partido de centro, un sacerdote llamado Ludwig Kaas, quien en contubernio con los nazis y para negociar la firma del Concordato con el régimen de Hitler, desmanteló el partido e hizo apresar al combativo líder laico demócrata cristiano Konrad Adenauer, quien estuvo detenido desde 1933 y enviado a un campo de concertación en 1944 hasta el final de la guerra.

Cuando finalizó el conflicto y los líderes del Partito Popolare y el Partido de Centro salieron de las cárceles y fueron legalizados nuevamente, formaron entonces la Unión Demócrata Cristiana (UDC) en Alemania y la Democracia Cristiana en Italia, separados definitivamente de la influencia de la Iglesia Católica e independientes de cualquier tipo de relación con el poder eclesiástico.

Es así, que queda definido el poder plural a que se adhiere la mayoría de los pueblos alemán e italiano a finales de la guerra y los nuevos partidos son la cabeza política y económica de la reconstrucción de la democracia en los países conocidos como El Eje.

Desarrollo de los partidos demócrata-cristianos

El acontecimiento que da lugar a la fortaleza de los partidos de corriente Demócrata Cristiano es sin dudas la Segunda Guerra Mundial, al finalizar este evento histórico, los países occidentales de Europa eran esencialmente anticomunistas y por su historia de lucha contra el fascismo se convirtieron rápidamente en fuertes partidos que atraían a las masas populares.

Hay que hacer notar, que en gran parte de Europa existía la orfandad política de parte de los sectores mas conservadores de la sociedad, ya que, la mayoría de ellos habían apoyado a los regímenes fascistas o filo fascistas que condujeron al viejo continente al conflicto armado.

La DC, daba la oportunidad al electorado conservador a tener una expresión política que había luchado contra el fascismo y al mismo tiempo se oponía a las políticas estatistas de los socialistas y comunistas.

Es por esto que en muy corto tiempo, aparte de llegar al poder en Alemania e Italia, países donde se originó el movimiento demócrata cristiano, existían partidos vinculados a esta doctrina política en Bélgica, Francia, Holanda, Austria, Luxemburgo y Suiza, países donde existía una importante representación parlamentaria de los dirigentes políticos miembros de esta escuela de pensamiento.

Ideología demócrata cristiana moderna

Lo que se inició como planteamientos de distintos Papas en forma de encíclicas, al evolucionar hacia el laicismo conformó una serie de propuestas políticas que son las que distinguen a los partidos que confiesan la ideología demócrata cristiana.

En primer lugar son partidos que defienden la democracia como sistema político y la institucionalidad que ella representa como forma de gobernar, la lucha política debe darse dentro las instituciones provistas por la democracia.

En segundo lugar defiende la economía de mercado, aunque agregando el componente social por medio del cual la riqueza es repartida de acuerdo al esfuerzo de cada quien, expresando la solidaridad que debe existir entre los que tienen mas con los que han sido menos afortunados.

Por esto la economía social de mercado debe asegurar la participación igualitaria de la sociedad como un todo en los sistemas de producción, proveyendo un sistema de seguridad social que garantice una vejez digna para los trabajadores.

En tercer lugar los demócrata-cristianos defienden el desarrollo de una sociedad marcada por los valores tradicionales, vínculo que mantiene con la Doctrina Social de la Iglesia, como la fortaleza de la familia, la oposición a la permisividad moral y sexual y al relativismo ético que caracteriza la llamada sociedad post moderna.

La DC en resumen es una ideologia que defiende los valores de la democracia representativa y su sistema económico que es el liberalismo, son partidos que podrían calificarse de conservadores en cuanto al pensamiento político, aunque en la práctica asumen la defensa de los mas pobres y desfavorecidos.

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