Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El presidente estadounidense, Barack Obama, adelantó aspectos de su discurso sobre el estado de la Unión el próximo martes, con una visión positiva sobre la situación económica del país, en contraste con la perspectiva de los republicanos.
En su habitual intervención sabatina por radio e Internet, el mandatario aseguró que los niveles de desempleo se reducen rápidamente y la cantidad de puestos de trabajo aumentan a una tasa nunca vista desde la década de los años 90.
Añadió que cada estadounidense debe sentir que forma parte de esta recuperación y buscar la manera de aprovechar este impulso para enfrentar los desafíos que aún quedan por delante, tras reconocer que «los últimos seis años han demandado resistencia y sacrificio de todos nosotros».
Sin embargo, no todos reciben con el mismo entusiasmo este mensaje positivo del gobernante, pues de acuerdo con encuestas recientes, en el tema económico la mayoría de los estadounidenses consideran que la nación marcha en la dirección equivocada, a pesar del incremento de la popularidad del mandatario por encima del 50 por ciento.
En ese sentido, una perspectiva diferente a la de Obama proyectó el congresista republicano Steve Russell, quien tuvo a su cargo este sábado el tradicional mensaje semanal de su partido, en respuesta a las palabras del jefe de la Casa Blanca.
Rusell, a nombre de sus correligionarios, instó a los demócratas a que ayuden a implementar políticas que fortalezcan el país e incrementen el número de empleos y aseguró que «resulta triste ver que el Gobierno ignora las preocupaciones de los ciudadanos sobre la economía, los gastos estatales y la seguridad nacional».
Afirmó que el nuevo Congreso, controlado por los republicanos, tendrá la oportunidad de contribuir al mejoramiento económico y defendió los intentos de la oposición por cambiar aspectos claves de la ley de salud aprobada en 2010 por el mandatario, conocida como Obamacare.
El vocero del partido rojo destacó la necesidad de aprobar el proyecto del oleoducto Keystone XL, recientemente avalado por la Cámara de Representantes, pero todavía pendiente de aprobación en el Senado, y defendió las maniobras obstruccionistas republicanas para neutralizar las acciones ejecutivas de Obama sobre inmigración.