Opinión

Con este 2015 entramos al tercer año seguido después de las elecciones del 20 de mayo del 2012, con una sostenible consolidación del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) como fuerza determinante en el proceso institucional y democrático que vive el país, mientas las organizaciones competidoras han profundizado sus fragmentaciones y contradicciones, hasta el momento insalvables.

Hasta hoy, nuestras crónicas y comentarios políticos han tenido que referirse al tiempo pasado tras los últimos comicios, para pasar de una mirada retrospectiva a ver los fenómenos en perspectiva, hacia los venideros sufragios del 15 de mayo del 2016.

El PLD, como organización política, ha demostrado su vocación de poder al lograr conservar su unidad esencial, pese a los ataques letales de sus adversarios visibles y encubiertos, que han sometido a su alta dirigencia, con recursos evidentes y sutiles, a un fuego cruzado, del que solo la alta inteligencia política pudo permitirle sobrepasar la vorágine sin lesiones importantes.

El plan contra la organización fundada por Juan Bosch comenzó días después de su victoria contra las fuerzas más retrógradas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), entiéndase Hipólito Mejía y su PPH, gracias a la labor combinada del entonces presidente de la República Leonel Fernández, los candidatos Danilo Medina, a la Presidencia y Margarita Cedeño de Fernández, a la Vicepresidencia, posiciones que hoy ocupan dignamente.

Primero montaron una campaña mediática para culpar al doctor Fernández, presidente y líder del PLD, de un supuesto “hoyo” fiscal que terminaría perjudicando el gobierno entrante de Medina, cuando lo cierto fue que la administración saliente incrementó las inversiones públicas, lo que permitió mantener la economía estable y por tanto la preservación del poder por la organización morada. El déficit fiscal, más antiguo que el gobierno peledeista, fue manipulado por los “genios” del periodismo para presentarlo al pueblo como un “hoyo” o robo al erario.

Desde el 2012 hasta el 2015 se ha estado dando gusto el aventurerismo y el infantilismo político, con denuncias temerarias, acusaciones infundadas, provocaciones de greñudos y greñudas, “tribunales” extrajudiciales, con tiraderas de zapatos a muñecos incluidas, sin que esas claques hayan conquistado más logro que el banal ruido mediático que alimenta el morbo y la chercha populista.

Arribamos a un 2015 donde la sensatez dominicana demuestra, a juzgar las encuestas más creíbles, que sabe dónde están los creadores de estabilidad económica y los que tan pronto llegan al poder convierten la República en una sociedad inviable.

Mientras la aceptación del Presidente Medina ante sus conciudadanos se ha mantenido por encima del 80 por ciento, la preferencia de la población por una eventual candidatura del ex presidente Fernández supera el 50 por ciento, colocando al líder del PLD en una posición envidiable para volver al poder, ya que no tiene impedimento constitucional, en caso de que así lo decida, contrario a su compañero, el actual gobernante.

Un PLD con su unidad esencial garantizada tiene de frente a un PRD que ya candidateó a Miguel Vargas Maldonado, diezmado por la división y la falta de propuesta, junto a un natimuerto Partido Revolucionario Moderno (PRM), integrado por expulsados del PRD, que no tiene claro si postulará al dos veces derrotado Mejía o a Luis Abinader, quien ya fue candidateado por el Partido Humanista Dominicano (PHD).

Las puntuaciones de todos los posibles candidatos opositores, incluyendo a los grupúsculos que siguen al ex fiscal del Distrito Guillermo Moreno, no suman la mitad de la puntuación que registra el líder del PLD, sin que se le computen las preferencias del los partidos que integran el Bloque Progresista.

Las kilométricas filas de dominicanos que acudieron a Funglode a felicitar en su día al ex presidente Fernández son una demostración palpable, junto a las encuestas, de que la dominicanidad sensata no creyó las campañas de calumnias e infamias montadas en su contra. Su figura, para frustración de mediocres y envidiosos, se ha mantenido en franco crecimiento. Se trata de un valor que en este 2015, en mi humilde opinión, será tomado en cuenta por los ciudadanos de buena voluntad al momento de juzgar al PLD, su gobierno y su liderazgo, con miras a las elecciones del año venidero.

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