Opinión

Entre los países modelos en materia de seguridad vial en el mundo, sin lugar a dudas se encuentra España.

En especial en los últimos doce años, la aplicación de medidas integrales con rigor y celo ha sido la clave del éxito, al punto de considerarse en algunos ámbitos de la vida nacional que esos logros pueden exhibirse como marca país.

A nuestro amigo, el Ing. Pere Navarro Olivella, no se le puede regatear este mérito, porque durante su gestión de más de 10 años al mando de la Dirección General de Tráfico, la evolución de la curva de siniestralidad se mantuvo decreciente.

Pese a que el observatorio de datos ha tenido algunas críticas durante la gestión gubernamental del Presidente Rajoy por efecto de los recortes económicos, no obstante se le consideró muy transparente y confiable hasta que el pasado 2 de enero el ministro del Interior dio a conocer la cifra de fallecimientos en las vías interurbanas.

Quizás con el objetivo de dar un golpe de efecto político por la gran influencia que tiene este tema en la población, lanzó la primicia de haberse alcanzado el más bajo descenso de las estadísticas en una década, demostrando también eficiencia y eficacia de los organismos de registros y controles oficiales.

Sin embargo, en todo el tiempo de lucha contra la violencia en las vías españolas, las políticas de seguridad vial nunca habían sido tan agriamente criticadas hasta por los mismos partidarios del partido en el poder, quienes se limitaron a sugerir la necesidad de invertir más recursos en infraestructuras viales para obtener mayores éxitos.

En el 2014, España presentó en los registros solo un decrecimiento de tres personas con relación al año anterior. Lo que hace pensar en un fracaso en la aplicación de las políticas públicas durante ese período, que podría calificarse de estancamiento.

Mientras el responsable de anunciar este logro de 1131 víctimas fatales, los organismos no gubernamentales reclaman se identifiquen o aclaren qué sucedió con seis víctimas entre mayo y junio, que ahora no aparecen en el informe.

La discrepancia ha llevado a pensar que hay manipulación de las informaciones, lo cual se considera inadmisible para mantener armonía entre los actores de la seguridad vial española, cuyos planes estratégicos y de ineludible compromiso social y político tienen carácter de Estado.

Con la baja de tres puntos respecto al 2013, definitivamente no se puede hablar de consolidación de la política de seguridad vial implementada en la Madre Tierra.

Aunque el PSOE no ha manifestado ninguna reflexión en torno al tema, se esperan duras críticas, especialmente de parte del ex Vicepresidente y ex Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien dirigió las políticas de seguridad vial durante la Presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero; y que por demás, perdió de Mariano Rajoy en las últimas elecciones presidenciales.

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