Santo Domingo, la ciudad con mayor población de la isla más habitada del Caribe, enfrenta retos urgentes para encaminar su desarrollo urbano por el camino del orden. Desde la Dirección de Planeamiento Urbano, el Ayuntamiento del Distrito Nacional pone su granito de arena.
El arquitecto Narciso Guzmán, director general de esa dependencia, explica que desde hace años esa institución está inmersa en la elaboración de un Plan de Ordenamiento Territorial, el cual se ha estructurado tomando en cuenta las diferentes políticas que intervienen en el desarrollo de la ciudad.
«Esto es a largo plazo por todo lo que involucra. No obstante a eso la Oficina de Planeamiento Urbano ha estado involucrada en plantear de alguna manera normativas urbanas que permitan garantizar un crecimiento organizado de la ciudad».
Guzmán indica que la «planificación urbana es sin dudas una de las funciones de la Alcaldía, de mayor relevancia y distintivas de todo ayuntamiento, lo que cobra mayor importancia en el Distrito Nacional, dada su naturaleza de centro urbano que tiende hacia la densificación del territorio».
Explica que la Dirección de Planeamiento Urbano se encuentra establecida por la Ley 675 sobre Urbanizaciones y Ornato, la Ley 6232, que establece el proceso de Planificación Urbana en ciudades con más de 50 mil habitantes y en la propia Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios.
«Ya para la circunscripción número uno hasta el 2009 nosotros elaboramos las estrategias urbanas mediante una metodología de intervención que es la zonificación indicativa sobre densidades tanto en lo referente a construcciones como a la población».
En esta normativa están establecidas una serie de polígonos y cada uno tiene un análisis de sus condicionantes como territorio. A partir de esas condicionantes hemos establecido las alturas y densidades permitidas.
«Desde el 2009 para acá estamos revisando esa normativa en función de la experiencia que hemos tenido de la aplicación, porque la misma normativa establecía que a los cinco años debía ser revisadas. Pero también estamos en la elaboración de la normativa de la circunscripción número dos, correspondiente a la zona noroeste de la ciudad».
Explica que las normativas han sido elaboradas específicamente de acuerdo a las características de cada una de las circunscripciones. En la uno está concentrado el poder social y económico, y en la número tres están los barrios más precarios. «Pero la circunscripción dos, que cuenta con sectores como Arroyo Hondo, predominan las urbanizaciones y su crecimiento es más horizontal que vertical, por lo tanto no va a estar fundamentada en las densidades sino en urbanizaciones».
Explica que el trabajo de creación de una normativa para la circunscripción dos se tomara su tiempo porque requiere de un proceso bastante arduo, que incluye levantamiento fotográfico y cartográfico, ya que se tenía muy poca información disponible.
Guzmán comenta que ya se tiene de manera preliminar unas normativas relacionadas a las ventas ambulantes. Esto va a incluir a todo lo relacionado al uso de los espacios pulidos y el usufructo que se puede hacer en las diferentes zonas. «Estamos definiendo zonas de tolerancia y zonas de no tolerancia donde se va a permitir algún tipo de venta ambulante y donde no se va a permitir las ventas ambulantes».
Explica que todas esas normativas se van creando bajo la sombrilla del Plan Estratégico de la Ciudad de Santo Domingo que cuenta con una serie de lineas en función de la visión que se tiene de la ciudad.
Una de las acciones previstas en este Plan Estratégico es lograr la comunicación entre sectores en el entramado urbano a fin de que la ciudad mejore su interconectividad. un ejemplo de esto es el caso de la calle Heriberto Núñez que no llega hasta la calle Bohechio. Eso implica demoler viviendas por un sector informal que esta ahí.
«Tenemos pautado trabajar también los temas de mejoramiento urbano y de renovación urbana como el caso de la Yuca, El Manguito y Los Praditos, barrios que están enclavados dentro de sectores formales y que pueden ser transformados para mejorar la calidad de vida sus habitantes».
Guzmán coincide en que los temas más urgentes de atender en la ciudad son los servicios de infraestructura, como alcantarillado, sistema de suministro de agua potable y energía eléctrica. Señala que uno de los retos es poder dar servicio a más de un millón de personas que todos los días entran a la ciudad a trabajar y hacer actividades productivas, y que demandan servicios. Esto así a pesar de que según el censo en el Distrito Nacional solo habitan 926 mil personas. «La ciudad maneja un volumen para el cual no está preparada, y no estamos recibiendo los beneficios».
En otro orden, señaló que el Ayuntamiento cuenta con una política de generación de espacios públicos. «Estamos claros en que la mejor manera de democratizar la ciudad es con espacios públicos».
En el caso especifico de la circunscripción tres explicó, que por ser una zona de mayor densidad es más difícil, «por eso hemos tenido que comprar, en algunos casos, terrenos para poder generar espacios públicos».
Aun así, se está trabajado en la remodelación de La Marina en la Ciénaga; la incorporación de un cuerpo de Bomberos, así como también en un Centro Comunitario y el asfaltado, lo que ha revalorizado la zona.
Al hacer referencia a las principales limitaciones que enfrenta su departamento, Guzmán deplora que muchos constructores son desaprensivos y no dan cumplimiento a lo que se le exige a la hora de aprobar un proyecto. «No las cumplen y hay ciertas limitaciones para poder dar seguimiento a todos los sectores. Limitaciones como por ejemplo no tener la cantidad de inspectores con los transportes necesarios para poder cubrir apropiadamente las construcciones en toda la ciudad».
Destaca que son demasiadas las solicitudes que llegan a su departamento. «No solamente de darle seguimiento a construcciones, sino también de conflictos que envían los diferentes tribunales municipales para que se hagan inspecciones de esos conflictos. También vecinos que se quejan por cosas de uso de suelo».
«Hay constructores que sí respetan porque tienen un compromiso ético en términos profesionales, pero hay otros que son más avaros y lo que les interesa es digamos hacer negocios y no les importa la ciudad».