México, 3 ene (PL) En México existe una granada de fragmentación (legal o ilegalmente) por cada 150 habitantes y son más baratas que una muñeca Barbie, afirma hoy una investigación difundida por el diario Milenio.
El rotativo utiliza información oficial para sostener que la diseminación y uso de granadas fragmentarias o antipersonales amenaza con salirse de control, pues desde hace tiempo no solo están en manos militares, sino que forman parte del arsenal de las bandas del crimen organizado.
Indica que un creciente número de policías locales decidieron dotarse de esa arma destructiva, más afín a la guerra que a tareas de seguridad pública.
Es una penetración que tiene su origen en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), cuando organizaciones criminales comenzaron a usarlas, alentando a que el gobierno respondiera con su propia producción, indica Milenio.
Desde 2006, según detallan datos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la industria militar mexicana ha producido 712 mil granadas ofensivas, una cifra histórica (en 2013, con datos actualizados hasta junio, llevaba 43 mil ensambladas).
En 2007, año de la mayor producción de estas armas, cada una le costó 199 pesos (unos 14 dólares al cambio de hoy).
A manera de comparación, son más baratas que un kilo de filete de res o que el juego «Barbie diseño de modas», a la venta en el Distrito Federal, según la fuente.
Desde 2009 dejaron de ser de uso exclusivo del Ejército y la Marina.
En medio de la ola de violencia vinculada al narcotráfico, el Consejo Nacional de Seguridad Pública determinó equipar a las policías estatales con este tipo de armas, eliminando las restricciones para su portación por las mismas agencias que, a la postre, resultaron tener intensos vínculos con el crimen organizado, apunta Milenio.
A partir de entonces, 10 mil granadas de fragmentación han sido vendidas a 12 secretarías de seguridad pública estatales, de acuerdo con el recuento elaborado por la publicación.