Comienza el año preelectoral para el proyecto de Partido Revolucionario Moderno (PRM) con el anuncio del ex presidente Hipólito Mejía de que buscará la candidatura presidencial para los comicios del año venidero por esa entidad política en gestación.
Como si vieran o escucharan un vídeo repetido, sin ningún preámbulo sobre el actual estado de cosas, como estilan todos los políticos del mundo cuando hacen anuncios de esa naturaleza, los dominicanos fueron bombardeados por una retahíla de frases cohetes con promesas muy distantes de lo que fue la realidad cuando tuvieron que chuparse angustiosamente a Mejía en la Presidencia entre los años 2000 y 2004.
Habría que ser muy ignorante para desconocer que el crecimiento y la estabilidad económica de República Dominicana desde el año 1992 hasta este 2015 solo han sufrido retroceso en los cuatro infernales años en que gobernó Mejía y su PPH.
La estocada mortal en las aspiraciones de poder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), al que perteneciera Mejía, es precisamente que la última referencia de su paso por el gobierno son los años del citado cuatrienio. A muchos perredeistas y amigos de esa organización les apagó el jacho hasta el día de hoy.
Hipólito sufrió su primera derrota estando en el poder en el 2004, cuando el pueblo no aguantaba más y pidió casi plebiscitariamente el retorno a la Presidencia del entonces ex presidente Leonel Fernández, líder del Partido de la Liberación Dominicana. La segunda fue en el 2012, del candidato del PLD, hoy Presidente de la República Danilo Medina, y ya anuncia que volverá a candidatearse por un partido embrionario, lo que augura una tercera derrota.
En su discurso, Mejía se encargó de ponderar las posibilidades de un retorno a la Presidencia del ex presidente Fernández, mientras sus acólitos mediáticos tratan de promover una repostulación del Presidente Medina, lo que precisaría de una reforma electoral, bajo el entendido de que la misma dividiría al PLD, y facilitaría el triunfo del PPH en las elecciones del año que viene.
Doña Milagros Ortiz Bosch, probablemente la dirigente más visionaria de lo que se conoce como el PRM, ha dicho que a ese proyecto se le hizo tarde para conformar una candidatura con posibilidades de éxitos en las venideras elecciones.
Pero ya Luis Abinader es candidato presidencial del Partido Humanista Dominicano (PHD) y está tirado a la calle como precandidato del PRM. En tanto que Miguel Vargas Maldonado fue proclamado por el PRD, cuya boleta encabezara Mejía en el 2012.
Carente de discursos y propuestas, Mejía ha preferido atemorizar a sectores importantes con la afirmación de que un nuevo triunfo del PLD haría “colapsar” la democracia dominicana. Se trata de un argumento que cae por su propio peso, pues ninguna democracia peligra mientras sea el pueblo que libremente elige a sus autoridades.
Podría irle mejor a Hipólito y sus comunicadores si en vez de tratar de dividir al PLD con estratagemas harto conocidas, se ponen a estudiar la realidad local e internacional, de manera que puedan hacer propuestas creíbles a la población, sobre la manera en que enfrentarían los problemas que el partido morado ha enfrentado, tanto con Leonel como con Danilo en la Presidencia, con logros mucho más evidentes que los del PPH.