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Washington, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió hoy en la Casa Blanca con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, con quien revisó aspectos de inmigración, energía, seguridad, comercio y política exterior.

Obama pidió a Peña Nieto que lo ayude a promover sus acciones ejecutivas destinadas a postergar la deportación de unos cuatro millones de indocumentados en Estados Unidos que están en peligro de ser devueltos a sus naciones de origen, más del 60 por ciento de los cuales proceden de México.

En el encuentro abordaron también los cambios recientes anunciados por el gobernante norteamericano en la política hacia Cuba el 17 de diciembre pasado, que incluyen el futuro restablecimiento de los vínculos diplomáticos con La Habana, así como la flexibilización del comercio bilateral y de las prohibiciones de viajes de estadounidenses a la isla.

Tras el encuentro, Obama volvió a defender su empeño en iniciar un vínculo más constructivo con la mayor de las Antillas, Peña Nieto lo felicitó por esa decisión audaz y aseguró que México será un incansable promotor de la buena vecindad entre Estados Unidos y Cuba.

Paralelamente, el vicepresidente Joseph Biden y el ministro mexicano de Finanzas, Luis Videgaray, encabezaron una reunión bilateral que discutió asuntos económicos, cooperación energética y la modernización de la frontera entre ambos países.

Bajo una intensa nevada, decenas de manifestantes protestaron frente a la Casa Blanca durante la reunión de los mandatarios, con carteles y consignas alusivas al secuestro y posible asesinato el 26 de septiembre pasado de 43 estudiantes normalistas, supuestamente a manos de policías locales en cooperación con bandas criminales.

Un artículo publicado ayer en el diario mexicano La Jornada alertó que el encuentro entre Obama y Peña Nieto sería una puesta en escena política con agenda encubierta, y tiene lugar en momentos en que el mandatario azteca tiene su legitimidad en niveles mínimos y está políticamente debilitado.

El texto, firmado por el periodista Carlos Fazio, menciona «los crímenes de Estado de Tlatlaya e Iguala» así como escándalos de opacidad, corrupción y conflictos de intereses que según el autor afectan al entorno presidencial.

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