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Manila, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) El papa Francisco inició ayer su jornada de visita estatal y pastoral a Filipinas afirmando que es un «deber escuchar la voz de los pobres y romper las cadenas de la injusticia y la opresión».

Añadió que estas situaciones dan lugar a flagrantes e incluso escandalosas desigualdades sociales, durante un discurso que pronunció en un encuentro con el presidente filipino Benigno Aquino.

Con anterioridad había anunciado que el tema de su viaje a este país serían los pobres y alabó la propuesta de que 2015 se declarara su año formulada por los obispos nacionales.

Después de sostener una reunión privada de 20 minutos con su anfitrión en el palacio presidencial, recordó que también su estancia tiene como motivo expresar cercanía a las personas que sufrieron la pérdida de seres queridos y la devastación causada por el tifón Haiyan, en noviembre de 2013.

Con ese fin prevé trasladarse en los cinco días de estancia a la ciudad Tablocán, en la isla central Leyte, la región más duramente golpeada por fenómeno meteorológico que causó cerca de ocho mil muertes.

Sostuvo que Filipinas, junto con muchos otros países de Asia, se enfrenta al reto de construir una sociedad moderna, respetuosa de los auténticos derechos humanos, y por ello enfatizó en que es más necesario ahora que los líderes políticos se distingan por su honestidad, integridad y compromiso con el bien común.

Al igual que en su reciente visita a Sri Lanka, el papa obsequió al mandatario Aquino un atlas náutico de 1562 atribuido al cartógrafo español Bartolomé Oliva.

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