Con tan solo un 20% de la capacidad nominal generadora eléctrica alimentada por gas natural (580 de 3,500 megavatios) en el país, el puerto de Manzanillo, en la costa Norte, constituye el escenario ideal para un desarrollo masivo de nueva generación de gas natural que podría montar los 1,000 a 1,500 megavatios para enjugar el déficit local proyectado y disponer de un sobrante de exportación al vecino Haití.
La central, a más de ofertar la energía faltante en la región del Cibao e incorporar esa región al uso masivo del gas natural, dispondría de un sobrante de exportación a países cercanos.
De esa manera se cumpliría el deseo del vicepresidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, quien ayer en Washington valoró a la República Dominicana como esencial para el desarrollo de la región del Caribe, destacando el alto potencial del país para convertirse en un centro de desarrollo.
Washington fue hasta ayer La Cumbre de Seguridad Energética del Caribe, que contó con la asistencia como únicos invitados de los miembros de la Comunidad Caribeña de Naciones (CARICOM) y República Dominicana, representada por la vicepresidenta de la República Margarita Cedeño de Fernández, junto a un grupo de funcionarios que incluyó al ministro de Energía y Minas, Pelegrín Castillo, al viceministro de Hacienda, Magín Díaz y al administrador de la CDEEE Rubén Jiménez Bichara.
El propio Biden se había trasladado hasta el país hace unos meses para invitarnos a la mencionada Cumbre Caribeña y darle garantías al gobierno de que a partir del 2016 los Estados Unidos dispondrían de grandes sobrantes de gas natural para exportar hacia la zona caribeña y centroamericana desde sus facilidades en la costa Este norteamericana.
Como parte de las negociaciones del Pacto Eléctrico, que se acaban de iniciar, el administrador de la CDEEE Jiménez Bichara había adelantado que el gobierno anunciaría en ese cónclave la oportunidad de desarrollar a Manzanillo como una gran central de recepción de gas natural y generador de electricidad con ese combustible. Habló de la posibilidad de desarrollos que podrían ir a de 1,000 a 1,500 megavatios.
En efecto, Manzanillo constituye un puerto marítimo del Estado con profundo calado natural, ideal para atracar grandes barcos-contenedores de gas natural. También dispone de amplias extensiones de terreno adyacentes al puerto para albergar un a granplanta de re-gasificadora de gas natural y plantas generadoras de electricidad que se alimenten de ese gas.
Jiménes Bichara adelantó que esas inversiones podrían ser estatal o estatal-privada.
(Ni a propósito de las expresiones de Biden, quien habló de un objetivo geopolítico: desprender a la zona caribeña de la dependencia del petróleo de Petrocaribe, ni de convertir al país en un centro regional productor de energía, el sector privado representado en Ege-Itbo-AES y Ege-Haina han expresado hasta ahora interés alguno de responder a ese llamado).
Hasta el momento el país sólo cuenta con una re-gasificadora, la de Andrés, Boca Chica, de la transnacional Aes International, que allí explota una generadora eléctrica de 319 megavatios de capacidad.
La receptora y almacenadora de gas natural de AES en Andrés también instaló un gasoducto hasta Los Mina, y convirtió a gas natural a las plantas Los Mina V y Los Mina VI con capacidad de 118 megavatios cada una.
En este momento, AES invierte en un ciclo combinado adicional a los Minas V y VI para agregar 154 megavatios más de capacidad de generación con el mismo combustible que utiliza en ambas plantas.
En adición, la familia Iglesias opera una pequeña generadora “Los Orígenes”, en San Pedro de Macorís, de 30 megavatios de capacidad, que se alimenta del gas natural que transporta por tierra desde Andrés.
Grupo Vicini lidera a un consorcio de empresas, todas ligadas a la importación y comercialización de GLP en el país, que han formado la empresa “Antillean Gas” para construir una terminal o re-gasificadora, enteramente privada, cuyo propósito es suplir de gas natural a las generadoras Quisqueya I de Barrick-Goldcorp y Quisqueya II de Ege-Haina, ambas con capacidad de 230 megavatios cada una, a la Sultana delEste de Ege-Haina, con capacidad de 150 megavatios, las que en estos momentos todas procesan búnker C, pero que pueden con pequeños aditamentos, convertirse a gas natural. A ellas se le agregaría el parque generador de Cogentrix de propiedad privada, con tres unidades turbogás de 100 megavatios de capacidad cada una que procesan gasoil.
Antillean Gas iniciaría con una demanda garantizada de 900 megavatios, suficientes para consolidar su inversión. Esto también ha llevado a sus socios a invertir en una de las grandes plantas gasificadoras de gas natural que se levantan en la costa Este de los Estados Unidos, con vistas al inicio de las exportaciones de ese combustible para el 2016, con tal de garantizarse el suministro a su plantare-gasificadora.
El proyecto de la re-gasificadora de Antillean Gas en San Pedro de Macorís ha motivado que expertos en la planificación de los sistemas eléctricos, tales como los ingenieros electromecánicos Daniel Bodden y José Luis Moreno San Juan, llamaran la atención al Estado acerca de los riesgos que implicarían las únicas dos centrales de recepción de gas natural del país a menos de una distancia de 100 kilómetros y en la costa Este, en la ruta de los ciclones.
En todo caso, y dado de que allí existen plantas generadoras con 900 megavatios de capacidad de reciente instalación y preparadas para procesar gas natural, sería razonable desde el punto de vista económico facilitarle una estación de recepción como la que proyecta Antillean Gas.
Lo que sí parece impostergable y dado el peligro que representa tener todo el gas natural del país ubicado en la coste Este, es que el proyecto de recepción de una gigantesca planta re-gasificadora en Manzanillo se convierta en una prioridad del Estado, ya no sólo para asistir a la región del Cibao, la más deficitaria en el suministro de energía, sino también por razones de seguridad nacional.