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A pocas horas de que expire el plazo para poner fin a la crisis haitiana siguen hoy sin rendir frutos los esfuerzos negociadores y aumentan los enfrentamientos entre opositores radicales y las fuerzas del orden.

El sábado la policía capitalina lanzó gases lacrimógenos y chorros de agua a presión desde vehículos blindados para poner a raya a los grupos radicales que intentaron irrumpir en el palacio de gobierno.

Los manifestantes enfrentados a la policía pedían la renuncia del presidente Michel Martelly a quien culpan por el largo retraso de las elecciones parlamentarias y municipales que debían celebrarse en 2011, se destaca en los depachos de prensa de las agencias noticiosas.

Sin embargo no se refieren a los legisladores opositores que utilizaron tácticas dilatorias para evitar la votación de reformas electorales y responsabilizar al gobierno que querer abusar de su autoridad.

No han cesado las manifestaciones violentas desde que renunció el mes último el primer ministro, Laurent Lamothe, a pesar de que Martelly hizo otras concesiones con el fin de facilitar negociaciones para poder celebrar elecciones legislativas.

Paralelamente no se reportan avances en los diálogos llevados a cabo el fin de semana último por el gobierno con los miembros de la oposición que dicen estar dispuestos a conversar aunque objetan cada propuesta presidencial.

Esta situación prevalece a pesar de que el mandato de la 49 legislatura expira el lunes y que fue rechazado por senadores intransigentes un acuerdo de los tres poderes del Estado que permitía extender la labor de los legisladores.

Esos senadores intransigentes se empeñan además en conseguir un ajuste de su plazo sin tener que votar la modificación de la ley electoral que debe ser promulgada antes de 12 de enero 2015.

También exigen la formación de un consejo electoral con personas escogidas por ellos y efectuar negociaciones para formar un gobierno «de consenso», objetando el nombramiento de Paul Evans como primer ministro que fue fruto de negociación.

Haití ha enfrentado una presión creciente de la ONU, Estados Unidos y otros países para que organice una elección antes de que se disuelva el Parlamento, pero las recomendaciones promovidas por esos factores también han sido infructuosas.

En ese escenario, si Martelly no llega a un acuerdo con los opositores antes de la medianoche del lunes, tendrá que gobernar por decreto, que pudiera ser el pretexto buscado para acusarlo de abuso de poder y justificar una salida violenta.

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